«Si bien es cierto que puso en el papel un término que puede ser entendido como ofensivo, lo cierto es que no lo transcribió con ánimo de dañar o burlarse de la paciente», alega el facultativo en su defensa. Allá por septiembre de 2016 saltaba la noticia: Sanidad investigaba si un médico de Murcia diagnosticó a una paciente que no estaba «bien follada». Y el médico reconoce que sí, que escribió eso, pero que todo vino porque la joven, de 21 años, le había pedido que le recetase tranquilizantes y «había que conocer las causas de su alteración emocional», dice.

En su momento, el Servicio Murciano de Salud (SMS) proponía sancionar con dos años de suspensión de empleo y sueldo al médico en cuestión, por dos faltas graves (la del grosero diagnóstico antes citado y la de fumar en su consulta) y el caso acabó en el Juzgado de Lo Contencioso Administrativo Nº 7 de Murcia. Finalmente, el hombre fue condenado a once meses de suspensión: ocho por la «grave desconsideración a la usuaria» y tres más por el tema del tabaco. El médico recurrió.

El doctor, que pasaba consulta en la población de Llano de Brujas cuando sucedieron los hechos, dice en su alegación que él es «un defensor de los derechos de la mujer» y espeta al respecto que puso en la entrada de su consulta un cartel «en el que mostraba su disposición a hablar con las víctimas de violencia de género, lo que refleja su carácter dialogante».

También vuelve a hablar de la paciente afectada, de la que dice que «si su actual médico no toma otras medidas mas que recetarle ansiolíticos, esta chica acabará muy mal a pesar de su juventud».

El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia desestimó el recurso de apelación del facultativo y destacó que lo que puso por escrito a la joven es algo «inadmisible en una consulta médica que se espera respetuosa, científica y deontológica», a lo que añadió que «en absoluto puede admitirse como un diagnóstico correcto», subraya la sentencia.