Un hombre de cuarenta años fue arrestado el martes en una localidad de la Ribera acusado de violar repetidamente durante varios meses a su sobrina de trece años. La alarma se activó en la localidad ribereña, cuyo nombre no revela este periódico para preservar el anonimato de la menor, cuando la joven y sus allegados más próximos se presentaron en el cuartel de la Guardia Civil para denunciar las constantes agresiones sexuales que sufría la pequeña.
Los agentes de la Benemérita, tras analizar el caso en profundidad, procedieron a la detención del hombre, que es hermano del padre de la niña agredida y cuenta con antecedentes policiales y penales, ya que es miembro de una familia conflictiva. Sin embargo, la situación no hizo más que empeorar porque la familia del detenido, tras conocer el arresto, según diversas fuentes, trató de agredir a la joven. Cargados con garrafas de gasolina, intentaron prenderle fuego en su propio domicilio.
La niña tuvo que huir por el tejado y sólo la rápida actuación tanto de la Guardia Civil como de la Policía Local impidió que se tuvieran que lamentar consecuencias más graves. Los servicios sociales del ayuntamiento se activaron de urgencia para poder ofrecer una salida a la joven amenazada y ya en la noche del martes partió de la localidad para ser protegida debidamente en un piso de acogida, cuya ubicación permanecerá en el más absoluto secreto. Por todo ello, las fuerzas de seguridad mantenían la alerta máxima ayer en el barrio, incluso con el corte de calles para asegurar el control.
El operativo se mantendrá en los próximos días, primero de manera patente y luego más discreta, para evitar que cualquier roce entre ambas familias pueda desencadenar algún incidente o agresión entre parientes o personas interpuestas. La vigilancia también va a mantenerse en las cercanías de la vivienda escogida por las autoridades para ocultar a la menor. La niña, por su parte, también va a recibir apoyo psicológico para que pueda superar el trauma. No regresará con su familia hasta que las fuerzas de seguridad puedan garantizar que se encuentra a salvo, según avanzaron ayer fuentes policiales.
El barrio en el que se han desarrollado los hechos es uno de los más conflictivos de la comarca ribereña. Efectivos de la Guardia Civil se despliegan habitualmente en la zona para intervenir tras algún hecho delictivo o resolver asuntos relacionados con el tráfico de estupefacientes. También se han detectado allí plantaciones clandestinas de marihuana y enganches fraudulentos a la red eléctrica. A lo largo de los últimos años se han descubierto varios invernaderos en los que se incautaron cientos de plantas de marihuana
La presencia policial se ha multiplicado en los últimos años en la zona, pero sigue considerándose una zona conflictiva. Representantes vecinales del municipio han reclamado repetidamente a las autoridades que intervengan para «poner orden y pacificar el territorio», ya que algunas familias se sienten perjudicadas y coaccionadas por vecinos de la barriada. Los moradores de algunas viviendas de la zona han llegado a recibir amenazas de muerte.
Más incidentes
Los aledaños del barrio también fueron centro de la alarma social hace unos años por un asesinato durante un proceso de compraventa de droga. Los acusados acudieron al encuentro con los vendedores con la intención de apoderarse de la sustancia estupefaciente sin pagar lo convenido. Uno de ellos portaba una pistola con la que intimidó a los presuntos traficantes. La víctima recibió disparos a quemarropa.
