La familia de Laura Luelmo, la docente zamorana asesinada el pasado diciembre en El Campillo (Huelva), ha exigido al Estado "una disculpa y una petición pública de perdón" por "no haber sido capaz de garantizar el derecho a la vida y a la integridad física de nuestra hija", así como el cumplimiento íntegro de penas.

En una carta dirigida a la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, el padre y la madre de Laura -asesinada por Bernardo Montoya, quien dijo actuar por un impulso irrefrenable- atribuyen al "fracaso estrepitoso" de la política penitenciaria la "desaparición y asesinato" de su hija, y solicitan el "cumplimiento íntegro de las penas" por este tipo de delitos.

Culpan al Estado de haber expuesto a la joven "a un ser monstruoso que, habiendo pasado por instituciones penitenciarias con el fin último de su pena y su total rehabilitación para la reinserción social, en el momento en que sale en libertad comete de nuevo, en la persona de nuestra hija, los dos actos por los que fue anteriormente condenado", la agresión sexual y el asesinato.

En la carta, fechada el 24 de enero, a la que ha tenido acceso Efe y ha adelantado el diario ABC, José Ángel Luelmo y María Teresa Hernández piden la mediación de las Cortes de Castilla y León para que, a través de actuaciones concretas, estudios y propuestas, "se revise el Código Penal para que este tipo de delitos sean realmente y duramente castigados y no solo públicamente reprobados".

Y todo ello "para que los asesinos y violadores reincidentes que no tienen ni han mostrado su voluntad de recuperación no puedan seguir violando y matando, para que las penas por este tipo de delitos se cumplan íntegras", según el texto de la misiva que también han dirigido al resto de los procuradores de las Cortes regionales.

Reclaman que los delitos contra la sociedad "no queden impunes", que "los monstruos, los seres socialmente perversos no convivan en una sociedad a la que odian y contra la que van a seguir actuando", y que las cárceles estén "suficientemente dotadas para cumplir su función".

Los progenitores de la joven profesora asesinada, que desde su Zamora natal aceptó un puesto como docente interina en la provincia de Huelva, consideran que las instituciones "pueden hacer mucho más" que el recuerdo, homenaje y minuto de silencio que las Cortes de Castilla y León tributaron en su memoria al inicio del pleno celebrado el pasado 18 de diciembre.

"Por favor, sientan, piensen, reflexionen, pónganse en nuestro lugar (algún día les puede tocar de cerca) y... actúen", imploran antes de estampar sus respectivas firmas.