El irlandés Carl Carr, que desapareció a mediados del pasado septiembre en Orihuela Costa y cuyo cuerpo ha sido desenterrado esta semana en la zona de Rojales, murió de una paliza a golpes cuyo origen parece ser sentimental, según han confirmado a este diario fuentes próximas al caso. Así lo ha revelado la investigación realizada por la Guardia Civil, cuyas pesquisas iniciales no descartaban un ajuste de cuentas por drogas, dados los antecedentes por narcotráfico de la víctima, un irlandés de 38 años que en 2008 fue encarcelado en Dublín por un alijo de cocaína y heroína.

Los cuatro detenidos en la operación son el presunto autor material del crimen, su actual compañera sentimental, su exnovia y un español que presuntamente le ayudó a enterrar el cadáver junto a la autovía entre Benijófar y Algorfa, en la zona de Rojales. Una quinta persona, una mujer, fue detenida y puesta en libertad acusada de falso testimonio.

Los cuatro detenidos pasaron ayer por la mañana a disposición del juzgado de Instrucción número 2 de Torrevieja y se acordó prisión sin fianza para todos ellos, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia. El presunto autor material del crimen está acusado de homicidio sin perjuicio de que sea acusado luego de asesinato en función del desarrollo de la investigación. Los otros tres encarcelados son un hombre y dos mujeres que figuran bajo la acusación de un delito de encubrimiento, aunque el varón podría ser acusado en el futuro como cooperador necesario. La quinta mujer acusada de falso testimonio también acudió ayer al juzgado tras ser citada por la juez, pero no se adoptó ninguna medida restrictiva de libertad contra ella. Tres de los detenidos que comparecieron ayer en sede judicial fueron asistidos por los abogados Francisco Miguel Galiana Botella, José Soler Martín y José Manuel Alamán.

Las mismas fuentes del TSJ explicaron que la causa se inició en un juzgado de Orihuela, ya que la víctima desapareció en la zona de Cabo Roig, en Orihuela Costa. Sin embargo, este juzgado se inhibió en favor del de Torrevieja tras descubrir la Guardia Civil que el crimen se cometió en el municipio torrevejense. Una de las mujeres encarceladas por encubrimiento también ha sido acusada de tenencia ilícita de armas. Asimismo, el juzgado de Orihuela que inició las pesquisas por la desaparición tiene abierta otra causa por extorsión, delito que se imputa al presunto autor material del homicidio de Carl Carr y a su pareja.

Los investigadores han tomado muestras de ADN para cotejarlas con algún familiar de Carl Carr y confirmar oficialmente que se trata del irlandés desaparecido, ya que han pasado mucho tiempo desde su muerte.

La víctima del crimen es un ciudadano irlandés con antecedentes por tráfico de drogas cuya novia fue quien denunció su desaparición tras no saber nada de él desde la madrugada del pasado 16 de septiembre, cuando Carl Carr estuvo en una discoteca o pub de Cabo Roig.

Los detenidos han estado varios días en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, donde el Grupo de Homicidios de la Policía Judicial ha instruido las diligencias antes de ponerlos ayer a disposición del juzgado de Instrucción número 2 de Torrevieja, cuya titular, la magistrada Juana López Hoyos, ha dirigido la investigación abierta tras descubrir que el desaparecido Carl Carr había sido asesinado en este municipio. Dado el hermetismo de la Guardia Civil sobre el crimen, se desconoce el móvil exacto del homicidio.

La novia del fallecido fue quien dio la voz de alarma sobre la desaparición de Carl Carr y difundió el 20 de septiembre un cartel con la foto de su pareja y los datos para pedir la colaboración ciudadana. En dicho anuncio explicaba que había sido visto por última vez en la zona de Cabo Roig a primera hora de la mañana del domingo 16 de septiembre. Esa noche estuvo en una discoteca de Cabo Roig y con esos datos la Guardia Civil fue poco a poco reconstruyendo las horas previas a la desaparición para localizar la buena pista que les condujera al paradero del desaparecido. Y cuatro meses después las arduas gestiones han dado sus frutos y además de detener a los presuntos implicados hace unos días se procedió a desenterrar el cuerpo de la víctima.

Prisión en Ir​landa

Según publicaron diferentes medios de comunicación en 2008, el ahora fallecido fue encarcelado en diciembre de ese año en Irlanda para cumplir junto a otros implicados una condena de ocho años de prisión por tráfico de drogas. Fueron apresados con 5,5 kilos de heroína y 4 kilos de cocaína, cuyo valor ascendía a 1,4 millones de euros.

La operación antidroga se llevó a cabo en un hospital de Dublín, donde uno de los detenidos trabajaba como empleado de mantenimiento. Una vez cumplió su condena Carl Carr parece que trasladó su residencia a la comarca de la Vega Baja.

Este crimen ocurrido en la Vega Baja recuerda el doble asesinato de otros dos irlandeses en 2006. Sus cadáveres fueron sepultados en una fosa excavada dentro de una nave industrial en Catral. Las víctimas eran dos destacados delincuentes de Dublín.