Una mujer dirigía en València una trama especializada en producir marihuana de manera industrial que después era exportada a Holanda y Dinamarca, donde su precio es superior al del mercado español. Agentes de la Policía Nacional han detenido a 13 personas, en su mayoría de nacionalidad serbia -entre ellos, la jefa, de 30 años-, aunque también había búlgaros y un español, con antecedentes por estafa, que servía para darles cobertura a la hora de contratar alquileres de las viviendas reconvertidas en criaderos de droga o cualquier otra gestión de logística para el negocio.

Los investigadores, pertenecientes al grupo de Crimen Organizado de la Udyco de València, han intervenido unas 3.000 plantas que han permitido confiscar alrededor de 200 kilos de marihuana -tanto verde como ya seca y lista para su distribución, que la organización cultivaba en dos chalés de Riba-roja -uno de ellos en plena urbanización de Monte Alcedo- y de Rubí (Barcelona), así como casi 24.000 euros en metálico que la jefa de la red ocultaba en una caja fuerte de su domicilio, en las inmediaciones de la avenida de Francia, en València.

La organización ahora desmantelada, cuyo jefe máximo es un hermano de la responsable del negocio en València que permanece oculto en su país, Serbia, llevaba al menos desde el mes de agosto pasado cultivando maría en los criaderos ahora desmantelados.

Las investigaciones culminaron en la madrugada del pasado 30 de enero, cuando los agentes de Crimen Organizado, apoyados por los del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES), entraron simultáneamente en los tres criaderos, en el domicilio de la jefa, en una vivienda de Requena y en dos almacenes ubicados en Quart de Poblet, que el grupo tenía como sede social de una empresa creada, presuntamente, para blanquear el dinero obtenido con la venta al por mayor de la marihuana.

La firma, sin actividad, disponía incluso de una página web -elveganoverde-, también inactiva, y buscaba aparentar que la actividad mercantil eran la venta de semillas, abonos y tierras para cultivar distintas variedades de hortalizas, así como marihuana.

Al parecer, entre la documentación intervenida por la Policía Nacional y que obra en poder de la jueza que ha llevado el caso, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Lliria, hay abundantes facturas de supuestas compras de productos a esa firma, pagados en manos por personas anónimas, por lo que existen serias sospechas de que sean la base de una maniobra de blanqueo de capitales, razón por la que también se le imputa ese delito a parte de la trama.

De momento, únicamente ha ingresado en prisión el lugarteniente de la cabecilla, de nacionalidad búlgara y al que se considera responsable de la división de montaje de las plantaciones, así como del control de cada uno de los criaderos.

En cada plantación había dos vigilantes, tanto búlgaros como serbios, armados con una pistola eléctrica para defender la droga de posibles ladrones -los vuelcos o asaltos entre traficantes es una de las modalidades de robos en domicilios que más ha crecido-.

De hecho, la Policía intervino siete pistolas táser durante la operación para desmantelar la organización, a la que los agentes llegaron cuando buscaban en València al jefe máximo y hermano de la responsable en València, un fugitivo europeo sobre el que pesaba -y pesa- una orden europea de detención (OEDE).

Las detenciones se practicaron el mismo día que agentes de la comisaría de Xirivella desarticulaban otra red de producción masiva de marihuana liderada por una trama china que tenía esclavizados a una decena de migrantes vietnamitas a los que obligaba a cultivar la droga en cinco naves industriales, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV.

Buena parte de las plantaciones industrializadas de marihuana están ya ne mano de mafias chinas que están reventando el mercado, precisamente porque usan mano de obra gratuita esclavizando a ciudadanos vietnamitas que les procuran, a su vez, redes chinas de trata de personas.