Raúl Conejero López, el alcoyano acusado de estafar con células madre del cordón umbilical para su conservación a cerca de 400 familias, aceptó ayer una pena de cuatro años y medio de cárcel tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía tras reconocer los hechos ante la Audiencia Nacional. El procesado cobraba entre 1.800 y 2.200 euros a las familias engañadas.

La Fiscalía solicitaba para él una pena de nueve años de cárcel por estafa y falsedad documental, aunque finalmente tanto la defensa del acusado como las distintas acusaciones llegaron a un acuerdo por el que veía rebajada considerablemente la pena.

Para lo que no hubo conformidad es para la vertiente civil de la responsabilidad penal del acusado, al que se reclama indemnizar a las cerca de 400 familias a las que engañó asegurando que enviaba esas muestras a laboratorios con los que no tenía ninguna relación, por lo que el juicio se celebrará solo para determinar este extremo, estando ya aclarada su responsabilidad penal.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el acusado, nacido en Alcoi, desempeñó desde 2009 hasta el 16 de febrero de 2011 el cargo de agente comercial de la empresa Stem Cell en España, principalmente en la zona levantina, en la Comunitat Valenciana, en Murcia y de algunas zonas de Castilla La Mancha.

Raúl Conejero confesó ayer ante la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional que reconocía los hechos y relató su vinculación con la empresa Stem Cell hasta su despido y con el laboratorio LMB al que remitía las muestras.

Asimismo explicó que la empresa le facilitaba el material para la toma de muestras y que se lo enviaban en función de los contratos que hacía, en función de cuyo número al mes cobraba.

A finales de 2009 creó la sociedad Representaciones Biomédicas Levante para facturar ahí los contratos. Tras su despido, siguió recogiendo muestras, «pero por mi cuenta», y cree que Stem Cell envió una carta anunciando su cese a los profesionales y a los hospitales que normalmente visitaba, pero él nunca la vio y ni sabe qué decía.

Pese a ello, en los hospitales solo algunos médicos le exigieron que presentara documentación de su empresa, pero normalmente no le preguntaban y no le pusieron impedimentos.

Por este motivo, algunas acusaciones solicitaron en la fase de cuestiones previas que se suspendiera el juicio para poder citar como responsables civiles a representantes de los hospitales afectados, a lo que el tribunal se opuso recordando que esa cuestión ya había sido resuelta.

Asimismo admitió que él tampoco confesó a todos los médicos que ya no trabajaba para dicha empresa «por temor» a que perdieran «la confianza depositada» en él, y seguró que nunca se cruzó con el nuevo agente de la empresa que le pudo sustituir en sus funciones.