Una nave industrial del polígono de Catarroja se había convertido en un enorme granja dedicada a la "minería de criptomoneda" con un entramado de un centenar de equipos informáticos de gran rendimiento enlazados para desencriptar y validar las transacciones entre usuarios de esta moneda virtual. Hasta ahí todo legal. El problema surge al tratarse de un "enchache ilegal" a la luz, que debido al alto consumo que requieren esta serie de equipos informáticos a máximo rendimiento e ininterrumpido, equivalente a toda la potencia eléctrica del polígono, suponen un riesgo de incendio por sobrecalentamiento.

La Guardia Civil de Alfafar ha abierto diligencias contra la persona que se encargaba de desencriptar las monedas virtuales por un presunto delito de fraude de fluido eléctrico. Los investigadores calculan que habría podido defraudar más de 20.000 euros con dicha actividad desde el pasado mes de agosto de 2018.

Las investigaciones comenzaron el pasado día 11 de febrero cuando el Puesto Principal de la Guardia Civil de Alfafar recibió un aviso de un responsable de zona de la compañía Iberdrola, alertando de un consumo desorbitado de fluido eléctrico en una nave industrial ubicada en el polígono de Catarroja. Desde la compañía informaron que el riesgo de incendio por sobrecalentamiento era inminente, ya que el consumo era equivalente al realizado por todo el polígono industrial al completo, lo que provocó varios saltos del diferencial de la zona en días anteriores.

Agentes del del Área de Investigación del Puesto de la Guardia Civil Alfafar iniciaron entonces la llamada "Operación Harminc" con el objetivo de localizar al usuario del inmueble. El arrendatario de la nave resultó ser un hombre de 39 años.

Cuando los agentes inspeccionaron el interior de la nave localizaron un habitáculo que albergaba un total de cien equipos informáticos funcionando a pleno rendimiento, lo que provocaba un "zumbido ensordecedor", según detallan fuentes del Instituto Armado. Se trataba de una "granja de minería de criptomoneda", donde validaban las transacciones de Bitcoin y otras monedas virtuales.

Fuentes de la Benemérita aclaran que dicha actividad no es ilegal, pero requiere de equipos informáticos de gran potencia y provoca un consumo de fluido eléctrico muy elevado, siendo habitual encontrarse con dichos entramados en países donde la energía eléctrica es muy barata, de ahí lo extraño de que hayan localizado una granja de este tipo en España.

Los responsables de Iberdrola inspeccionaron la nave y encontraron una conexión ilegal a la red eléctrica pública. De ahí que se le impute al sospechoso, de 39 años, un delito de fraude de fluido eléctrico.