«Soy la reencarnación de Jesucristo y tengo documentos que lo acreditan», declaró ante el juez de guardia de Sagunt un detenido por presuntos abusos sexuales a una adolescente de quince años, como si ello le eximiera del delito cometido. Sobre si los hechos que se produjeron fueron relaciones sexuales consentidas o si hubo penetración o solo tocamientos, el presunto violador guardó silencio.

Agentes de la Policía Nacional de la comisaria de Sagunt procedieron a la detención de este joven, de 24 años y nacionalidad ecuatoriana, el pasado miércoles tras la denuncia interpuesta por el padre de la víctima. Según ha podido saber este periódico, el arrestado presenta un trastorno de la personalidad diagnosticado, de carácter maníaco depresivo, con doble personalidad y delirios megalómanos.

Tanto ante la policía como en su declaración en sede judicial, el acusado de un delito de abusos sexuales con penetración a una menor de 16 años manifestó que era descendiente directo de Dios, concretamente «la segunda reencarnación de Jesucristo», fruto de este trastorno de la personalidad, con fantasías delirantes de omnipotencia y poder, que padece. El Juzgado de Instrucción número uno de Sagunt acordó su libertad con cargos y le impuso una orden de alejamiento respecto de la menor como medida de protección hacia la víctima. No obstante, la propia adolescente ha tratado de ponerse en contacto con él a través de mensajes en redes sociales y mediante amigos comunes.

Al tratarse de una menor de quince años, pese a que pudiera haber consentimiento por parte de esta, los hechos seguirían siendo constitutivos de delito. En este caso, el juzgado tendrá en cuenta la escasa diferencia de edad entre víctima y presunto abusador, de 24 años, así como el trastorno que padece el acusado.

Cuatro años por sexo con una menor

Por otra parte, un joven (en la fotografía de al lado, durante el juicio) aceptó el viernes una pena de cuatro años de cárcel por un delito de abusos sexuales con penetración a una menor de catorce años. El acusado, de origen hondureño, reconoció en el juicio haber tenido relaciones sexuales «completas y consentidas» con la adolescente, pese a que la edad de consentimiento sexual es de 16 años, tanto en su domicilio como en el de la menor, en una localidad de l'Horta, durante el año 2017.

El Ministerio Fiscal solicitaba inicialmente una pena de 11 años de prisión, pero la pena se vio rebajada a cuatro años de cárcel después de llegar a un acuerdo de conformidad con la defensa y la acusación particular.