El chef alemán Bernd H. Knöler, dueño del restaurante RiFF, una de cuyas clientas falleció tras tomar un menú degustación el pasado 16 de febrero, ha salido al paso de las informaciones que están apareciendo sobre las colmenillas procedentes de China, para aclarar que "compramos las setas a un distribuidor legal autorizado en León, igual que otros muchos restaurantes de España. En ningún caso las hemos comprado en China".

La consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León ha inspeccionado esa empresa distribuidora a petición de la conselleria valenciana de Sanidad, dado que ese fue el punto del que partieron las setas que se sirvieron dentro de un arroz meloso entre los días 13 y 16, cuando 30 clientes del RiFF -incluida la mujer fallecida, originaria de León- sufrieron complicaciones gastrointestinales.

Muere una mujer tras comer en el restaurante RiFF de València un menú degustación

Muere una mujer tras comer en el restaurante RiFF de València un menú degustación

Knöller también ha insistido en su cuenta de Twitter, que ha convertido en el medio para difundir sus declaraciones desde que se produjo la muerte de la clienta del RiFF, adelantada en exclusiva por Levante-EMV, en que en su establecimiento "trabajamos por ofrecer el mejor producto, y éste [en referencia a las setas] cumplía con todas las garantías de calidad pertinentes. Insistimos en recordar, aún así, que Sanidad aún no ha aclarado cuál es el origen de la intoxicación. Y que estamos a la espera de que nos den alguna información concluyente".

El chef, cuyo local posee una estrella Michelín, ha roto su silencio para recordar que "El RiFF sigue cerrado, pero no por razones legales, sino por voluntad propia. Y seguirá así hasta que la Consellería de Sanidad concluya su investigación sobre el origen de la intoxicación".

Finalmente, ha precisado que "el RiFF no está siendo objeto de investigación por la muerte de una clienta. El juzgado está investigando la causa de su fallecimiento, sin que hasta el momento exista relación de causalidad entre su muerte y la comida en el restaurante".

De los 85 clientes entrevistados por el departamente de Salud Pública que comieron en el RiFF entre el 13 y el 16 de febrero, ambos inclusive, 30 personas, incluida la fallecida, sufrieron episodios de intoxicación alimentaria con vómitos y diarrea. Todos fueron de carácter leve y cedieron en unas horas, salvo en el caso de la mujer de 46 años, que falleció a las cinco de la madrugada, unas 13 horas después de haber tomado el menú degustación.