Un caballero legionario de 22 años y natural de Palma de Mallorca falleció ayer en el campo de tiro de Agost tras recibir un disparo durante un ejercicio de fuego real en unas maniobras que habían comenzado ayer mismo. El accidente en el que el joven Alejandro Jiménez Cruz perdió la vida se produjo sobre las 18,20 horas sin que la asistencia sanitaria pudiera hacer nada para salvarle la vida.

El legionario pertenecía al Tercer Tercio «Don Juan de Austria» de la Legión con sede en la localidad almeriense de Viator, a donde se había incorporado el pasado noviembre (estaba en su compromiso inicial). Aunque aún están por determinarse las circunstancias en que se produjo el accidente, todo apunta a que probablemente pudo tratarse de un impacto por rebote, no directo, ya que el joven no estaba en la primera línea de fuego.

En cualquier caso, el disparo, que al parecer le entró por una axila, fue mortal sin que al final fuera necesaria la intervención del helicóptero medicalizado que se estaba desplazando al campo de tiro para trasladar hasta un centro hospitalario al joven. A últimas horas de ayer se estaba esperando a la comisión judicial para proceder al levantamiento del cadáver.

El militar, que llevaba puesto el chaleco antifragmentos, recibió el disparo de 5,56 mm de un fusil Heckler and Kock (HK).

Se trata del segundo legionario que fallece en este campo de tiro en menos de un año. En mayo del año pasado otro caballero legionario, de 27 años, perdía la vida tras ser atropellado por un vehículo blindado durante un ejercicio de adiestramiento.

En aquella ocasión el legionario estaba destinado en la tercera compañía del Tercio Gran Capitán I de La Legión (perteneciente a la Comandancia General de Melilla) y se había desplazado con su unidad hasta la provincia de Alicante para participar en un ejercicio en el campo de maniobras y tiro de Agost, donde normalmente se entrenan los miembros del Mando de Operaciones Especiales (MOE) con base en Rabasa, aunque también es usado por otras unidades militares.

Atropello

El accidente en aquel caso ocurrió sobre las once de la noche cuando los tres ocupantes de un vehículo blindado (BRM) que estaba circulando por el campo de maniobras escucharon unos gritos en el exterior. Rápidamente detuvieron el BMR y al bajar comprobaron que habían atropellado a un compañero que estaba apostado en el suelo dentro del ejercicio de adiestramiento.

Los compañeros del legionario arrollado comenzaron a realizar maniobras de reanimación al joven mientras llegaba la ambulancia militar. El soldado fue evacuado aún con vida pero en estado muy grave. En el trayecto la ambulancia militar se cruzó con otra enviada por Sanidad, que se hizo cargo del legionario. Sin embargo, el joven acabó falleciendo antes de llegar a Urgencias.

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Novelda se hizo cargo de las diligencias por la muerte accidental del caballero legionario.