Tres meses de cárcel, que ni siquiera llegará a cumplir, y tres penas de multa (suple con dinero la entrada en prisión) que suman 1.950 euros. Esa es la condena impuesta a un maltratador que agredió a dos guardias civiles -uno de ellos llegó a tardar dos meses en curar sus lesiones- en su intento de huida del juzgado cuando el juez de Carlet le anunció que iba a ingresar en prisión por el delito de violencia machista por el que acababa de ser detenido.

Pese a la violencia desplegada en su intento por escapar del juzgado y a que ya tenía una condena anterior relacionada con violencia de género, el juez de lo Penal número 8 de València ha decidido ahora, 15 meses después de aquél episodio, acceder a la petición de la defensa y suspender la pena de cárcel a cambio de tres condiciones: cambiarle esos tres meses de cárcel por una multa de 40 días a razón de 5 euros diarios, esto es, 200 euros; a que no delinca en el plazo de dos años; y a que satisfaga las indemnizaciones a los guardias: 2.726,50 euros a uno y 47,45 al otro. En total, 2.773,95 euros. Eso sí, pagaderos en 24 meses, lo que arroja una cuota de 115,58 euros al mes.

Los hechos sobre los que ha dictado ahora sentencia el juez de lo Penal número 8 de València se produjeron el 29 de diciembre de 2017 en la sede del Juzgado de Instrucción número 3 de Carlet, adonde fue conducido Guillermo S. L. en calidad de detenido por un caso de violencia de género. En ese acto, el juez dictó auto de ingreso en prisión. Cuando se lo notificó al acusado, que tenía los grilletes puestos y a quien uno de los guardias civiles uniformados sujetaba por el brazo izquierdo, Guillermo, según recoge la sentencia, «pegó un latigazo con su brazo para soltarse, se estranguló las muñecas y consiguió arrancarse los grilletes de uno de los guardias civiles, fracturando los mismos, y huyendo por las dependencias del juzgado, siendo perseguido por los agentes».

El juez continúa en su relato describiendo cómo el ahora condenado «llegó a franquear la puerta del edificio a la vía pública, arrancando la manivela de la misma, zafándose de los agentes que intentaban detenerle», tras lo cual se subió «a la valla metálica, donde fue finalmente interceptado. El acusado «intentó zafarse propinando patadas, patadas y arañazos» a los guardias, hasta que finalmente lograron inmovilizarlo.

AUGC critica la falta de medios

Uno de los agentes nunca reclamó indemnización para sí mismo, porque las lesiones sufridas fueron de carácter leve, pero su compañero tardó 52 días en sanar de las lesiones sufridas, tiempo durante el cual tuvo que permanecer de baja laboral. Estas lesiones han sido tasadas en los 2.773,95 euros que deberá pagarle ahora el condenado, para lo cual dispone de 24 meses.

El primer agente sí reclama, por contra, los 47,45 euros en los que están valorados los grilletes que, aunque pertenecen a la Guardia Civil, debe costearlos el agente por ser los que tenía asignados, a pesar de que le fueron rotos por el detenido durante su intento de fuga.

El guardia que sufrió las mayores lesiones, destinado en Almussafes, ha contado con la defensa jurídica de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que puso ayer el acento en el riesgo que corren a diario los agentes destinados en la conducción de los detenidos y reivindicaron, de nuevo, más medios humanos y materiales.