De cada 1.000 mujeres residentes en la Comunitat Valenciana, 2,2, la segunda tasa más alta del país, son víctimas de malos tratos. No es el único marcador estadístico en el que la autonomía valenciana ocupa esa deshonrosa segunda posición: también somos los número 2 en la cifra absoluta de mujeres que sufren violencia machista, con 4.794 víctimas el año pasado -un nuevo caso casi cada dos horas (cada 1 hora y 48 minutos)- y en la de casos de violencia doméstica, la que se produce entre familiares en línea ascendente, descendente, entre hermanos o de mujeres a sus cónyuges, ya sean masculinos o femeninos.

En esta última, somos los segundos con 1.030 víctimas en 2018, 643 de ellas, mujeres y el resto, hombres; un 10 por ciento más que el año anterior (un 7,2% más en el caso de los hombres-víctima; un 11,8 % en el de las féminas).

Incluso ocupamos esa posición en la tasa de casos de violencia doméstica por cada 1.000 habitantes: un 0,16 en el caso de las víctimas masculinas -solo nos supera Asturias, con 0,17- y un 0,26 en el de las mujeres, por detrás de Ceuta (0,41) y en la misma posición que Extremadura y Murcia. Son los datos que contiene el informe emitido ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) basándose en la información recopilada en el Registro Central de las Víctimas de la Violencia Doméstica y de Género, dependiente del Ministerio de Justicia. El estudio aporta cifras de 2018 y la comparativa con 2017.

Aunque en apariencia pesimistas, los datos han sido valorados con cierto grado de positivismo por los expertos, que consideran que más que un aumento real de la violencia contra las mujeres o en el seno familiar, lo que se está produciendo es un mayor empuje de las víctimas o de su entorno a la hora de denunciar. Un análisis para la esperanza.

De hecho, el aumento de denuncias es generalizado en toda España. Es más, pese a que en la Comunitat Valenciana se incrementó en un 14,3 el número de víctimas de violencia de género inscritas en el citado registro, esa subida, aunque importante, no es la más pronunciada. Así, en La Rioja el aumento es del 47,1 %, en Canarias, de casi un 25 % y en Murcia, la subida alcanza el 18,4 %. Si la comparativa se establece a partir de cifras relativas -número de víctimas por cada 1.000 habitantes-, esa tasa valenciana de 2,2 está siete décimas por encima de la media nacional, que se queda en el 1,5.

Las más jóvenes denuncian más

Otra buena noticia que aporta el informe es la confirmación de la tendencia que lleva observándose hace ya unos años: los mayores incrementos de denuncias de violencia machista se produce en edades más tempranas.

Desde hace años, los expertos vienen advirtiendo del peligroso aumento de casos, incluidos los de extrema violencia que acaban en asesinato o en lesiones muy graves, que se detectan entre los jóvenes. El esfuerzo de campañas informativas institucionales y educativas que centran sus esfuerzos en corregir el machismo en chicos y chicas adolescentes y jóvenes parecen estar empezando a dar sus frutos: las denuncias de chicas de 18 y 19 años subieron el año pasado en toda España un 10,9 %, y el del tramo de jóvenes de entre 25 y 29 años, un 10,6. Por delante de ellas solo se encuentran las mujeres de 60 a 64 años, entre las que las denuncias por violencia de género marcaron el récord de crecimiento con un 15,1 %.

En cuanto a los maltratadores, los principales aumentos están en esas mismas franjas de edad. En 2018 hubo un 14,1 % más de denunciados de 18 y 19 años, que se situó en el 11,9 % para los de 25 a 29 años. En los menores de 18 años se ha producido, por contra, un alentador descenso del 18,9 %. Si observamos las edades más avanzadas, el aumento de los denunciados es parejo, obviamente, al de las víctimas, con subidas del 8,7 % entre los hombres de 65 a 69 años o del 6,9 % de los maltratadores de 60 a 64 años.

Por lo que respecta a cómo acaban los procesos penales en los casos de violencia de género, en 2018 aumentaron casi un 3 % las condenas firmes -27.972 sentencias- y descendieron un 18,7 las absoluciones -5.025-, lo que significa que acabaron sin condena el 17,96 % de los hombres enjuiciados por violencia de género. ¿Eso significa que eran denuncias falsas? En absoluto. Solo significa que no se ha podido probar penalmente.