Un agente de la Policía Nacional, destinado en la Jefatura Superior de Policía de València, fue juzgado ayer, junto a una pareja acusada de tráfico de drogas, por un delito de omisión del deber de perseguir delitos por haber hecho la vista gorda con su supuesto camello. El Ministerio Fiscal solicita para el policía una inhabilitación especial para empleo o cargo público durante un plazo de dos años.

Por su parte, los dos presuntos traficantes, que vendían la droga en Albal, han reconocido los hechos y han aceptado sendas penas de tres años de cárcel por un delito contra la salud pública. Fruto del dispositivo de vigilancia de estos dos sospechosos, con intervenciones telefónicas incluidas, la Policía Nacional averiguó que uno de sus clientes era precisamente un compañero del cuerpo.

El policía reconoció ayer en el juicio haber comprado droga a los otros dos acusados, pero su defensa sigue sosteniendo su inocencia y presentó una sentencia del Tribunal Supremo que le eximiría de perseguir el delito al tratarse de una adicción y ser su suministrador.