Una adolescente de 17 años falleció en la madrugada de ayer en València tras ser arrollada por una conductora, de 28 años, que se fue del lugar, aunque regresó una media hora más tarde. En ese momento, la Policía Local le hizo someterse al pertinente control de alcoholemia y, según el etilómetro, había ingerido bebidas alcohólicas, pero sin rebasar la tasa de 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire expirado a partir de la cual corresponde sanción administrativa. La investigación que lleva a cabo la unidad de atestados de la Policía Local de València no ha hecho más que empezar y sin respuesta.

El siniestro ocurrió a las 3.40 horas de ayer en el paso de peatones que cruza la Gran Vía Ramón y Cajal en su confluencia con la plaza de España, desde la calle San Vicente hacia la mediana. De hecho, el arrollamiento se produjo en el carril izquierdo, el más próximo al jardín central.

En ese momento se celebraban varias fiestas de fin de curso en una discoteca próxima, por lo que había una importante afluencia de jóvenes en la zona que aconsejaba a los conductores a extremar la precaución, principalmente en la calle San Vicente, a unos 50 metros del punto de arrollamiento.

Según las fuentes consultadas por Levante-EMV, la chica se adelantó unos metros a su grupo de amigos y fue la primera en cruzar, seguida del resto. Fue en ese instante cuando llegó el turismo conducido por una mujer de 28 años y la atropelló poco antes de que alcanzara la mediana.

La conductora, según explicarían los testigos a la Policía Local de València, frenó ligeramente y a continuación continuó la marcha por la Gran Vía Ramón y Cajal sin detenerse para ver las consecuencias de lo sucedido. Varias personas llamaron de inmediato al 112 pidiendo la presencia urgente de una ambulancia.

El Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) envió una ambulancia del SAMU al lugar. A la llegada del equipo médico, la chica había perdido las constantes vitales como consecuencia del brutal impacto. El equipo se empleó a fondo y, tras practicarle durante un tiempo largo maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzada, hasta conseguir recuperar esas constantes vitales.

La joven, según fuentes del CICU, fue trasladada de urgencia a bordo de la ambulancia de soporte vital avanzado al servicio de urgencias del Hospital La Fe, pero la chica no pudo soportar la gravedad de las lesiones sufridas y falleció poco después de su llegada al centro sanitario, sin que los médicos pudieran hacer nada por recuperarla.

En ese intervalo, la supuesta conductora del vehículo regresó al lugar con el coche y se sometió a la prueba de alcoholemia a solicitud del equipo de atestados de la Policía Local. Aunque sí había bebido, la tasa detectada con el etilómetro no superó los 0,25 mg/l, por lo que no existe infracción.

Eso sí, el hecho de que se fuera del lugar y regresase con su hermana, a la que despertó para que la acompañase de vuelta al lugar del siniestro, ha hecho desconfiar a los investigadores, que desconocen si en ese tiempo pudo haber descendido el nivel de alcohol en sangre. Los investigadores también están investigando, a través de las cámaras de tráfico y de las secuencias semafóricas, si el de peatones estaba en rojo cuando cruzó la chica, tal como sostiene la conductora, y la velocidad a la que llegó esta al paso de cebra, procedente del túnel.