El periodista y autoproclamado criminólogo Juan Ignacio Blanco, promotor de las falsas teorías conspirativas en el caso Alcàsser que le supusieron ser condenado y se han revelado como una importante vía de lucro a lo largo de un cuarto de siglo, falleció el miércoles en su chalé de El Escorial (Madrid), donde residía, como consecuencia de un cáncer de colon y otro de pulmón que padecía desde 2015 y 2017, respectivamente.

Blanco, de 63 años y que llevaba semanas en situación terminal, adquirió fama y notoriedad a raíz de unirse a Fernando García, el padre de Míriam, una de las tres niñas asesinadas, y de propiciar las infundadas teorías conspirativas, principalmente a través del programa de Telecinco 'Esta noche cruzamos el Mississippi' de Pepe Navarro, que han convertido buena parte del caso en un constante circo mediático altamente rentable.

La muerte del periodista fue difundida el miércoles en varios de los perfiles de redes sociales desde los que se sigue alimentando la falsa teoría de la conspiración desde hace años, pero no fue confirmación oficialmente hasta ayer, cuando su cadáver llegó al tanatorio de El Escorial 24 horas antes de su incineración, prevista para hoy.

Precisamente por sus intervenciones en uno de esos programas, concretamente en 'El Juí d'Alcàsser', emitido por Canal 9 en 1997, Juan Ignacio Blanco fue condenado por calumnias. En septiembre de 2010, la Audiencia de València le impuso un año y tres meses de cárcel por mentir sobre el trabajo desarrollado por los querellantes -cuatro guardias civiles, el fiscal jefe y los forenses- y le obligó a pagar 430.000 euros junto con García, sobre quien recayó la misma pena de cárcel por imputar delitos inexistentes a los responsables de la investigación policial y judicial.

En mayo de 1998, unos meses después de la sentencia condenatoria por el triple crimen, Blanco publicó el libro '¿Qué pasó en Alcácer?', en el que volvió a la carga con sus infundadas hipótesis de los asesinatos, abundando en la teoría de la conspiración expuesta en los programas de televisión 'El juí d'Alcàsser', de Canal 9, y 'Esta noche cruzamos el Mississippi', de Telecinco, programa del que era colaborador ya antes de ponerse en contacto con Fernando García. La madre de Desirée, Rosa Folch, que ha perseguido de manera ejemplar e incansable a ambos por hacer uso del nombre de su hija para lucrarse a costa de esas teorías delirantes, denunció la publicación del libro por incluir imágenes de la autopsia de su hija sin su consentimiento y ganó ante los tribunales.

El libro ilegalizado, a 200 euros

Un tribunal ordenó el secuestro judicial del libro en agosto de 1998. Sin embargo, como prueba la docuserie de Netflix recién estrenada 'El caso Alcàsser', que desmonta por completo las teorías del padre y del periodista, y evidencia sus motivaciones, Blanco siguió vendiéndolo posteriormente. Es más, las últimas imágenes captadas en vida de Blanco son precisamente las de una grabación realizada por los productores de 'El caso Alcàsser' e incluidas en la serie de Netflix, que fueron tomadas en abril de 2018 y captan al autodenominado criminólogo durante una charla -a 20 euros la entrada- impartida en un hotel de Alboraia, durante la que firmó ejemplares del libro. La obra retirada de Blanco se podía encontrar ayer a la venta por 200 euros en internet.

En 2012, Rosa Folch volvió a sentar en el banquillo el periodista por difundir por internet las imágenes de las autopsias entre 2005 y 2007, pero en esta ocasión salió mejor parado. Blanco tuvo acceso al sumario del triple crimen por su relación con Fernando García y supuestamente publicó en internet, junto a otra persona, las fotos de las autopsias, del levantamiento de los cadáveres y otras que pertenecían a las menores. La Fiscalía pidió dos años de prisión y que indemnizara a la madre de Desirée con 12.000 euros por el daño moral ocasionado, pero finalmente salió absuelto.

Asimismo, recibió un varapalo como secretario de la inexistente fundación 'Niñas de Alcàsser' -creada y presidida por Fernando García y que nunca fue legalizada-, cuando la Secretaría General del Minsiterio de Asuntos Sociales prohibió, en abril de 1998, su inscripción en el registro de fundaciones, gracias a la denuncia de Rosa Folch por, una vez más, utilizar el nombre de su hija sin su consentimiento. Sin embargo, a pesar de su situación de ilegalidad, la asociación se convirtió en una máquina de generar ingresos.

La figura de Juan Ignacio Blanco había saltado de nuevo a la luz pública tras el reciente estreno del documental sobre el caso Alcàsser, en el que era visible el deterioro físico provocado por la enfermedad. La cohorte de seguidores de sus conspiranoias, alojados ahora principalmente en el refugio de las redes sociales - solo una de sus páginas en Facebook tiene casi 18.000 miembros, 221 de ellos adheridos desde el estreno de la docuserie-, inundaron ayer esos espacios con soflamas en pro del fallecido.