Agentes de la Policía Local de Picanya detuvieron el pasado jueves a tres personas por atentado contra un agente de la autoridad, resistencia y desobediencia. De hecho, uno de los policías que formaron parte del operativo tuvo que ser atendido por una herida abierta en su rostro, que fue tratada con cinco puntos de sutura.

Todo comenzó pasada las diez y cuarto de la noche, cuando en un plazo temporal de doce minutos la Policía Local de la localidad de L'Horta recibió hasta cuatro llamadas denunciando el alto volumen de la música en las tradicionales "casetas" para jóvenes, cuando la hora legal para finalizar la animación musical eran las diez de la noche.

Tres agentes se personaron en el lugar de los hechos y pidieron a los asistentes que cesaran su actividad por las molestias generadas a los vecinos de la zona. Sin embargo, todo se desmadró en minutos, según el testimonio policial. "Los integrantes procedieron a insultarnos, llegando uno de los presentes a lanzar cubitos de hielo desde una distancia de unos 10 metros. Intentamos sin éxito proceder a la identificación de dicha persona en un lugar fuera de la gran multitud de gente allí aglomerada y los problemas persistieron", apunta uno de los agentes.

Con los ánimos ya muy caldeados, el primer detenido por los problemas ocasionados pudo zafarse de los agentes propinando un golpe en el rostro a un policía, concretamente en su pómulo derecho y causándole una herida abierta y con abundancia de sangre que tuvo que ser sanada por 5 puntos de sutura.

Fue entonces, cuando se solicitó apoyo policial: "Nos vimos desbordados por la actitud hostil de la juventud de Picanya. No querían que procediéramos a la detención del primer identificado y nos lanzaron sillas, botellas y vasos de líquido, además de golpearnos a nosotros y al coche en el que íbamos", relatan. De hecho, uno de los agentes apunta que llegó a notar como intentaban arrebatar su arma reglamentaria "y no lo consiguieron por la funda de seguridad".

Y con la llegada a las dependencias policiales todo fue a peor. Los congregados en la zona de casetas se desplazaron al retén e intentaron parar la detención del joven, lo que ocasionó otras dos detenciones, siendo dos de los arrestados hermanos.

Ante los problemas creados desde la Policía Local de Picanya se solicitaron refuerzos a todas las localidades limítrofes, llegando hasta la zona dos patrullas de la Policía Local de Paiporta, tres de la Policía Local de Torrent, una dotación de la Guardia Civial de Paiporta, una dotación de la Guardia Civil de El Perelló y dos patrullas de la Policía Nacional de Torrent. "Un total de 18 agentes nos ayudaron y permitieron salvaguardar la integridad de los cuatro componentes del servicio nocturno en Picanya y permitieron no frustrar las 3 detenciones practicadas", comentan.

Ante la problemática situación, las autoridades decidieron suspender la actuación musical programada para dicha noche.

Por último, desde la Policía Local de Picanya quisieron dejar constancia de las innumerables quejas recibidas durante estas fiestas, emitidas en gran mayoría por los vecinos de la calle Senyera, donde se montan las casetas de los jóvenes: "No tienen consideración con el horario de música firmado, miccionan en vía pública, gritan a altas horas de la madrugada, hay menores de edad bebiendo bebidas alcohólicas y consumiendo sustancias estupefacientes, lo que crea una notable inseguridad ciudadana".