La Guardia Civil ha detenido a un hombre horas después de que tirotease a una familia mientras dormía en la casa en la que reside, una urbanización de las afueras de Godelleta. El detenido realizó entre ocho y diez disparos, que impactaron en tres vehículos estacionados en la calle y en el cristal del balcón donde dormía el matrimonio del que, al parecer, pretendía vengarse.

Los vecinos se despertaron asustados poco antes de las ocho de la mañana, tras escuchar una sucesión de detonaciones, a las que se sumó el estruendo del estallido de las lunas de dos de los automóviles.

El suceso se produjo en una manzana de chalés ubicados en una calle sin salida, la calle Pamplona, en el centro de una promoción de viviendas unifamiliares que la constructora nunca llegó a entregar por problemas económicos.

El supuesto agresor llegó con un grupo de personas, a bordo de tres coches, que aparcaron unos metros antes de la entrada al callejón. Luego, se dirigió, junto con al menos dos personas más, a la plaza que forma el final de la calle Pamplona y abrió fuego contra tres vehículos propiedad de la familia, tras lo cual tiroteó el balcón. Todos los disparos fueron realizados con una escopeta de caza, del calibre 12, y cartuchos de perdigones.

De hecho, el impacto sobre el cristal de cerramiento del balcón proyectó, además, perdigones que quedaron alojados en la persiana, que en ese momento estaba bajada porque la pareja contra la que se dirigía el ataque dormía en su interior.

Dos de los vehículos se quedaron sin luna trasera, mientras que el tercero recibió dos impactos en el cristal delantero. La Guardia Civil recogió una decena de cartuchos, que ahora serán sometidos al correspondiente análisis balístico.

Varios vecinos y la propia víctima confirmaron ayer a Levante-EMV que escucharon «entre ocho y diez disparos». En principio, se trataría de una venganza entre parientes, pero la Guardia Civil trata ahora de averiguar cuál es la verdadera razón de esas desavenencias familiares.

De momento, la mujer ya ha solicitado una orden de protección, para evitar posibles nuevos ataques que pudieran provenir del entorno del detenido, que según las fuentes consultadas tiene lazos familiares con su marido.

Cuando se produjo el tiroteo, en la casa había al menos cuatro personas, los dos adultos y dos hijos, uno de ellos adolescente y el otro, menor de edad. Por fortuna, ninguno de ellos resultó herido.

Nada más recibirse el aviso, el 112 envió varias patrullas de la Policía Local de Godelleta y de la Guardia Civil, así como el helicóptero del instituto armado, que participó en la batida posterior para localizar a los agresores, procedentes, al parecer, de Chiva. El supuesto autor de los disparos fue localizado y detenido a última hora de la mañana, justo en el momento en que las víctimas prestaban declaración en el acuartelamiento de la citada localidad.

El despliegue y los vuelos de reconocimiento del helicóptero pusieron en alerta a los vecinos, muchos de los cuales decidieron confinarse en sus viviendas.