Sin piedad. Esa era la máxima de los cuatro supuestos estafadores de ancianos detenidos a principios de este mes por agentes del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cullera tras una larga investigación para desenmascarar una trama de la que eran víctimas hombres de avanzada edad a quienes llegaron a hacer pagar hasta 4.000 euros en efectivo en falsos accidentes de tráfico. ¿La coacción? Les hacían creer que si no pagaban en el momento, revisarían su carné y lo perderían.

Los ahora detenidos, de entre 22 y 44 años, sabían muy bien qué perfil de víctima buscar para sus objetivos. Así, se fijaban en hombres mayores, que condujeran que fueran solos, vulnerables... Después de unos días de seguimiento, empezaba la acción. Uno de ellos, que simulaba ser un abogado francés -conducía un vehículo con matrícula gala, obviamente alquilado- se acercaba mucho a la víctima elegida. Otro cómplice arrojaba entonces una pequeña piedra o una canica al coche del anciano, tras lo cual le daban el alto y le hacían creer que acababa de romper el retrovisor del coche del falso francés. Incluso llegaban a pintarle alguna raya con tiza negra -o del color necesario-.

El conductor llamaba, sin que la víctima se diese cuenta, a otro cómplice, que escuchaba toda la conversación. En ese contacto, el falso francés le sonsacaba datos suyos personales y de su compañía mientras le convencía de que debía regresar ya a su país, por lo que debía afrontar el arreglo. Con todos los datos ya obtenidos, simulaba llamar al número de asistencia facilitado por el anciano, a quien pasaba el teléfono.

El hombre creía estar hablando realmente con su compañía, por lo que al falso operador no le costaba mucho convencerle de que debía pagar en efectivo la avería para evitar «que el parte cruce la frontera», para agilizarlo y no encarecer el coste de la reparación. Y le garantizaban que recibiría al día siguiente un talón reintegrándole el dinero. Si no accedía a la primera, le 'recordaban' que en ese tipo de siniestro se debían revisar las condiciones psicotécnicas del conductor y que era altamente probable que perdiese el carné de conducir. La coacción obtenía una respuesta inmediata: el hombre iba a por el dinero y pagaba.

De este modo, estafaron a doce hombres de entre 75 y 86 años en Carcaixent, l'Alcúdia, Sagunt, la Vall d'Uixó, Vinaròs y Orpesa, en la C. Valenciana; Calldetenes y Canet de Mar, en Barcelona; Alcanar y Ulldecona, en Tarragona; en Soria y en Toro (Zamora). En todos los casos lograron que les dieran en manos entre 1.000 y 4.000 euros.

Es más, muchos no denunciaron por vergüenza, al percatarse de que habían sido objeto de una estafa, por lo que se cree que puede haber muchas más víctimas en todo el territorio nacional.