"Los vecinos, desde abajo, desde la calle gritábamos a la madre: no lo tires, no tires al niño por la ventana, que ya vienen los bomberos. Ella se estaba quemando todos los brazos y la espalda. ¡Qué pena, qué pena más grande! La mujer quería tirar al niño del quinto piso, las llamas se la comían. El fuego cada vez era mayor y nosotros desde abajo le gritábamos que no lo hiciera. No podíamos hacer nada más, no teníamos nada, ni una manta ni una sábana para cogerlo. La gente ha salido a la calle semidesnuda, en ropa interior, algunos sin zapatos, porque la mayoría estaba durmiendo". Leonor, vecina del barrio de Nou Llevant, en Palma, no olvidará la madrugada de hoy. Los residentes de la calle Caracas relatan angustiados cómo los bomberos han rescatado 'in extremis' poco antes de las siete de la mañana de hoy a una mujer y su hijo al incendiarse su casa.

La madre, de unos 45 años, ha sufrido graves quemaduras en el 59 por ciento del cuerpo. Primero, ha sido evacuada en una UVI móvil al hospital de Son Espases y desde allí ha sido trasladada en avión ambulancia a la Unidad de Quemados del hospital Vall d'Hebron, en Barcelona. Su hijo, de entre 8 y 10 años, también ha sido derivado a Son Espases por una intoxicación por inhalación de humo. Su estado es leve. Un tercer afectado ha sido evacuado leve al hospital de Son Llàtzer, también al haber tragado humo.

Los Bombers de Palma han desalojado todo el edificio de viviendas, que consta de seis plantas y está situado en la calle Caracas en el número 8 A. El fuego ha destruido por completo el quinto piso, en el que vivían la madre y el niño. "Si los bomberos tardan quince minutos más, algún vecino no lo cuenta", asegura Ana María Fernández, que reside en la cuarta planta. La joven escapó de las llamas, junto a su madre y su hermana, y bajó a la calle con sus tres perros, un conejo y un pájaro. Todos están sanos y salvos.

El incendio se ha declarado sobre las seis y media de la mañana de hoy. Rápidamente, se han movilizado los bomberos, la Policía Local de Palma, Policía Nacional y los servicios sanitarios del 061. Los especialistas han rescatado a madre e hijo a través de la ventana con un camión autoescala. Luego, el equipo médico los ha atendido y los ha evacuado a Son Espases. La mujer presentaba graves quemaduras en el 59% del cuerpo. Por ello, ha sido trasladada al mediodía a Barcelona. Un tercer afectado ha sido derivado a Son Llàtzer en estado leve.

Las llamas han devorado por completo el domicilio incendiado, de unos cien metros cuadrados y que pertenece al Ibavi. Los vecinos desalojados han podido regresar a sus hogares cuando los bomberos han dado por sofocado el siniestro, sobre las ocho y veinte minutos de la mañana. Tres horas más tarde, a las once de la mañana, los equipos de extinción han vuelto a la vivienda siniestrada de la calle Caracas porque salía mucho humo y las llamas se habían reavivado. Los especialistas han revisado el inmueble y han retirado cascotes y varias piezas totalmente quemadas. Mientras, los vecinos observaban preocupados desde la calle cómo trabajaban los bomberos.

Los últimos desalojados

María González y José Luis Rodríguez, un matrimonio mayor que vive en la quinta planta, justo delante del piso quemado, han sido los últimos vecinos en ser desalojados. Aún no se han recuperado del susto tremendo que se han llevado esta mañana. "Lo hemos pasado muy mal porque no hemos podido bajar. Teníamos las llamas encima. Los bomberos nos dijeron que nos metiéramos en la última habitación de casa y que esperáramos allí", recuerda María, sin poder contener la emoción. "La madre decía que iba a tirar al niño por la ventana y los vecinos abajo le decían que no lo tirara. Ella lo ha protegido con su propio cuerpo y se ha quemado", añade González.

"Al principio no hemos escuchado nada. Estábamos durmiendo. Han tocado al telefonillo y he ido a ver. Entonces, he oído ruido. Al abrir la puerta de casa, ya tenía las llamas aquí encima. Al momento, un bombero nos ha llevado al rincón más alejado de casa. No podíamos salir hasta que luego han vuelto los bomberos y nos han bajado ellos. Hemos sido los últimos", detalla José Luis, todavía en estado de shock. La puerta blindada de su domicilio ha resultado su salvación, ya que ha contenido el fuego y las altas temperaturas.

Ana María Fernández, la vecina del cuarto piso, asegura que han pasado mucho miedo. "Hemos tenido mucho miedo y mucha agonía por la mujer y su hijo. Nosotros ya estábamos abajo y era un desespero no poder subir arriba y no poder ayudarles. Los vecinos le gritaban que no tirara al niño", recuerda la joven, mientras pasea a sus tres perros, Lluna, Tiff y Laika.

"Yo estaba durmiendo pero mi madre estaba ya levantada para ir a trabajar. Ha escuchado un ruido muy fuerte en la cocina como una olla que se cae al suelo y luego al niño pidiendo socorro por la galería. Gritaba 'socorro, socorro, ayudádme'. Mi madre nos ha despertado a mí y a mi hermana. He salido al rellano y, al ver que había mucho humo y no se podía subir al quinto, he llamado a los bomberos. Luego, hemos cogido a los animales y hemos bajado a la calle. Yo he bajado sin zapatos. Casi todos los vecinos han salido a la calle, unos se han quedado en sus casas y creo que al menos uno ha subido a la azotea. Las llamas se han extendido, bajaban por el rellano, yo las he visto", subraya Fernández.