La alcaldesa de Calp, Ana Sala, decretó ayer, tras confirmar la Subdelegación del Gobierno que el asesinato de Rita Jeannine fue un nuevo crimen machista, dos días de luto y ordenó que las banderas del ayuntamiento y de los edificios municipales ondearan a media asta. El consistorio realizó un minuto de silencio. La munícipe expresó su «absoluta repulsa y condena» ante un crimen que «oscurece el buen verano que llevábamos». Recordó que en Calp desde 2011 cuatro mujeres han muerto a manos de sus compañeros. El anterior crimen ocurrió en octubre de 2016. Fue otro ciudadano belga, Jack Mertens, de 75 años, el que asesinó a su esposa, Jaqueline Luykc, de la misma nacionalidad (ambos habían nacido en Bruselas). La mató al golpearle en la cabeza mientras dormía con la peana de mármol de una estatuilla y una tabla de madera de cortar embutido. El hombre se arrojó luego una sexta planta.