«Agresividad inexplicable» y «odio extremo» hacia la mujer. Así describió una persona la paliza recibida por una mujer transexual de 43 años que fue agredida a puñetazos y patadas en Alicante por su condición sexual y además le robaron dos bolsos y un teléfono móvil. La Policía Nacional pudo arrestar con rapidez a los agresores tras ser alertada por vecinos de la zona centro y ayer pasaron a disposición judicial como presuntos autores de un delito contra la integridad moral -de odio- y otro de robo con violencia e intimidación.

Tras la comparecencia en el juzgado de guardia, los dos detenidos, de 19 y 30 años, quedaron en libertad provisional y con una orden de alejamiento y de prohibición de comunicarse con la víctima, según informaron fuentes del TSJ de la Comunitat Valenciana.

La agresión ocurrió a primera hora de la mañana del pasado jueves a la altura del número 3 de la calle Segura, a escasos metros de la céntrica avenida de Alfonso el Sabio. Según los datos recabados por la Policía Nacional de los testigos de la agresión y de la propia víctima, la mujer trans se encontraba poco antes de las nueve de la mañana en el interior de un «after» y allí comenzaron a insultarla unas personas por su condición sexual.

Ante esta situación la mujer abandonó el establecimiento, pero a continuación salieron tras ella al menos dos hombres y una chica. Una vez en la calle comenzaron a insultarla de nuevo: «Transexual, eres un chico». La disputa verbal duró unos segundo porque uno de los hombres comenzó a golpearla sin piedad, hasta el punto de que uno de los puñetazos la dejó inconsciente durante unos minutos.

Los vecinos intervinieron

Al ser las nueve de la mañana varios vecinos se asomaron a escuchar el altercado y empezaron a recriminar a los agresores. Incluso la chica que iba con uno de los hombres que tuvo una participación más activa en la paliza llegó a tratar de evitar que siguiera dándole puñetazos y patadas por el cuerpo y la cabeza pero no pudo.

La agresión concluyó cuando una vecina les dijo que había llamado a la Policía. Fue entonces cuando el principal agresor le dio un patada en la cabeza antes de huir del lugar. Los agresores le robaron a la víctima dos bolsos que portaba y un teléfono móvil.

Una patrulla de la Policía Nacional se personó en la calle Segura y auxilió a la mujer transexual agredida, que también recibió ayuda de vecinos que presenciaron la paliza. Una persona pudo mostrar a los agentes una foto del agresor y con los datos recabados en el lugar se facilitaron las características físicas de los autores a las patrullas de servicio y una de ellas les localizó unos minutos más tarde en la ronda de acceso al Castillo de San Fernando.

En el momento del arresto portaban el teléfono de la víctima y algún otro efecto personal. Posteriormente encontraron en otras calles más pertenencias, lo que indica que mientras huían a pie los autores fueron registrando los bolsos y tirando lo que no querían. Tras la detención la Policía llevó a los detenidos a la Comisaría Provincial, donde uno de ellos montó un altercado y tuvo que ser reducido para llevarlo a los calabozos. Los dos detenidos son de origen argelino y uno de ellos se encuentra en situación irregular. El otro arrestado ya contaba con antecedentes policiales anteriores a esta detención.

La Policía entregó ayer las diligencias en el juzgado de guardia de Alicante y además ha remitido el informe a la Fiscalía de Delitos de Odio y Discriminación.

La brutal agresión provocó ayer reacciones de condena y repulsa por parte del Observatorio Valenciano contra la LGTBIfobia, del grupo municipal socialista en Alicante y de la Plataforma Trans.

El director del Observatorio Valenciano contra la LGTBIfobia, Toño Abad, condenó esta nueva «agresión tránsfoba» y alertó de que «los discursos de odio desde las instituciones suponen una involución gravísima que atenta contra los derechos humanos y los derechos constitucionales, situación que legitima las agresiones y envalentona a los agresores». Abad aseguró que «escuchar ciertos discursos desde los gobiernos autonómicos o locales, o incluso desde la oposición, es algo que los demócratas tenemos que condenar firmemente. No hay espacio para el odio en democracia».