La operación se realizó el pasado martes en un Almussafes sitiado por la Guardia Civil. Se trataba de una operación de alto riesgo que obligó al Instituto Armado a investigar a contrarreloj para lograr salvar la vida de un hombre de Castelló que permanecía secuestrado por la Camorra napolitana y por cuya liberación exigían 74.000 euros. La amenaza, real y de ejecución inminente, de lesionar de forma irreversible a la víctima forzó a la benemérita a actuar.

En el marco de la operación Boloñés, en la que la víctima pudo ser finalmente liberada, se ha desarticulado la organización de carácter criminal y detenido a seis de sus miembros por secuestro y pertenencia a un grupo criminal en Almussafes. De los seis camorristas arrestados, tres eran hombres y tres mujeres, todos de nacionalidad extranjera.

La Guardia Civil inició la investigación seis días antes de la actuación en la localidad de la Ribera, al conocedores del secuestro de un hombre según alertó un familiar. Los captores reclamaban 74.000 euros a cambio de no desfigurar el rostro al cautivo. Los agentes pudieron presenciar varias llamadas a la familia, incluso en una ocasión fueron testigos de una videollamada en la que observaron a la víctima con lesiones en la cara.

Debido al riesgo inminente de una posible ejecución del hombre secuestrado, los investigadores se vieron obligados a realizar las tareas de investigación con la máxima celeridad. Sin embargo, y pese a la rapidez, lograron encontrar identidades, medios de transporte y métodos de pago utilizados por la mafia en los hechos investigados.

Al conocer el inmueble en el que permanecía secuestrado el hombre, el Instituto Armado coordinó a un grupo de especialistas en este tipo de delitos a los que movilizó desde Madrid y València. El pasado martes, con las oportunas autorizaciones judiciales de entrada y registro, accedieron al inmueble.

La operación despertó el interés de los vecinos de la calle Metge Bosch, una de las mas transitadas del municipio, quienes fueron testigos del enorme despliegue de agentes que tomaron la manzana. El despliegue de agentes indicaba la urgencia y el riesgo del dispositivo: agentes descolgados por la fachada del edificio que protegían su integridad física con chalecos antibalas, su identidad con pasamontañas y armados con fusiles para liberar al rehén.

La actuación ha sido realizada por investigadores de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón, con el apoyo de la Unidad Especial de Intervención, Unidad Central Operativa, Grupo Rural de Seguridad número 3 de Valencia, Unidad Aérea de Valencia de la Guardia Civil y la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia.