En España se han perpetrado al menos 37 agresiones sexuales grupales en lo que va de año, la última denunciada la violación múltiple la pasada noche de seis hombres a una joven de 18 años en Bilbao.

Agentes de la Ertzaintza han detenido este viernes a estos hombres, con edades de entre los 18 y los 36 años, por su presunta implicación en la violación.

El proyecto "Geoviolencia sexual", impulsado por Feminicidio.net para documentar estos casos de violencia sexual sobre los que no hay estadísticas oficiales, cifra en 125 las agresiones múltiples perpetradas desde 2016 hasta comienzos de julio de 2019: 18 en 2016, 14 en 2017, 59 en 2018 y 34 en lo que va de 2019.

A esas 34 hay que añadir otras tres que se han producido en las últimas semanas: la de Bilbao la pasada noche, una violación de cuatro hombres a una menor de 17 años en un piso de Manresa (Barcelona), y una tercera en Barcelona en la que dos varones violaron a una chica.

Las agresiones sexuales en grupo son una forma de violencia sexual que la violación de La Manada en los Sanfermines de 2016 puso en el centro de la agenda feminista y mediática.

Según las estadísticas de "Geoviolencia sexual" relativas a los 125 casos que han registrado, 440 agresores participaron en estas agresiones sexuales múltiples, 112 de ellos menores de edad (uno de cada cuatro).

En tres de cada cuatro casos denunciados, los grupos de agresores estaban compuestos por hasta cuatro hombres.

El 60,8 % de las agresiones fueron violaciones consumadas y casi en el 40 % de los casos la víctima era menor de edad. La cifra de víctimas menores es aún mayor en los casos de 2019.

Además, los agresores tomaron imágenes o vídeos de la víctima mientras era vejada en el 12 % de estos casos.

Por comunidades autónomas, gran parte de las "manadas" actuó en Andalucía, donde se perpetraron una de cada cinco violaciones grupales; la Comunidad Valenciana y Cataluña.

Hace unas semanas, el Tribunal Supremo fijó doctrina, en relación al caso de La Manada de 2016, y estableció que este caso se trataba de una violación y no de un abuso sexual al producirse intimidación ambiental sobre la víctima.

"En estos casos el efecto intimidatorio puede producirse por la simple presencia o concurrencia de varias personas, distintas del que consuma materialmente la violación, ya que la existencia del grupo puede producir en la persona agredida un estado de intimidación ambiental", estimó el alto tribunal.