«Me quedan veinte años en prisión, pero cuando salga os conozco la cara, os voy a encontrar y me las vais a pagar». Así de amenazante se mostró el fugitivo italiano Giovanni R., de 48 años, tras ser detenido esta semana en Benidorm por la Policía Nacional en una operación antidroga en el bar Gomorra, un establecimiento de copas que lleva el nombre del conocido libro de Roberto Saviano sobre la mafia napolitana. El bar es de su propiedad, aunque está al frente otro responsable, según los investigadores. Tenía en vigor cinco reclamaciones, dos de ellas para ingresar en prisión por tráfico de drogas, y los investigadores policiales le vinculan con un clan de la Camorra.

Estaba siendo buscado de forma activa desde hace más de medio año por diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y la Policía Nacional le localizó hace unos días tras detener a otras cinco personas, entre ellas a su pareja. Permanecía oculto en una vivienda de Benidorm, y al ser arrestada su mujer, la Policía acudió para hacerse cargo de los dos hijos menores de la pareja, momento en que descubrieron al fugitivo.

Todas las reclamaciones habían sido cursadas por órganos judiciales españoles y no tenía en vigor ninguna orden de detención de Italia. Giovanni resultó herido junto a otra persona al ser tiroteado cuando se encontraban en un local de apuestas de Nápoles, una agresión que en la prensa italiana se vinculó a un ajuste de cuentas entre clanes mafiosos.

Los arrestados pasaron ayer disposición judicial y todos quedaron en libertad menos el fugitivo italiano, que ya tenía órdenes de ingreso en la cárcel. Giovanni y su mujer, acusada de resistencia y puesta en libertad, fueron asistidos en el juzgado de guardia de Benidorm por el abogado Alejandro Dapena.

Las detenciones se produjeron tras una investigación de la Brigada de Policía Judicial de Benidorm ante las sospechas de que se estaba distribuyendo droga en el bar Gomorra. El dueño eran un italiano que estaba en paradero desconocido al tener cinco reclamaciones, una para tomarle declaración, dos para ingresar en prisión por tráfico de drogas y dos órdenes por violencia de género y narcotráfico.

Los agentes averiguaron que un compatriota de Giovanni era el actual responsable del bar de copas. Esta persona ya había sido detenido en diciembre de 2017 por los mismos investigadores tras sorprenderle con nueve envoltorios de cocaína en su mano e incautarle luego en su domicilio dinero, hachís y más cocaína.

Cámaras de seguridad

La Policía descubrió además que el encargado del bar contaba con otras tres personas que podrían estar ayudándole en la distribución de drogas y diseñaron un dispositivo de actuación para tratar de sorprenderles, ya que el local contaba con cámaras de seguridad camufladas tanto dentro como fuera del establecimiento con la finalidad de disuadir cualquier intervención policial o llevar a cabo funciones de contravigilancia.

Agentes de la Brigada de Policía Judicial, en colaboración con efectivos de la UPR de Benidorm, UIP de València y de la Unidad Adscrita de la Policía Nacional a la Generalitat se desplegaron el miércoles en el local y sus inmediaciones.

Detuvieron a los cuatro implicados y en el transcurso del dispositivo la Policía observó cómo salía de un inmueble próximo al bar una mujer que mostraba una actitud agresiva hacia los policías. Al tratar de identificarla sin éxito, opuso resistencia y golpeó a uno de los agentes, por lo que fue detenida.

La mujer alegó que había dejado solos a sus dos hijos menores de edad, por lo que la Policía optó por acceder a la casa para hacerse cargo de los niños y evitar el desamparo de ambos. La sorpresa llegó cuando accedieron a la vivienda y localizaron en su interior a un hombre escondido, quien resultó ser el dueño del Gomorra y fue detenido al tener varias reclamaciones, dos de ellas para ingresar en prisión. La operación terminó con seis personas detenidas de entre 25 y 28 años y de nacionalidades española e italiana.