Los dos presuntos autores materiales del crimen de Vicente S. R., el sexagenario que fue encontrado asfixiado en su domicilio de la avenida Peris i Valero de València en diciembre de 2016, se enfrentan ahora a sendas penas de 28 años de prisión por los delitos de asesinato y robo con violencia en casa habitada con la circunstancia agravante de abuso de superioridad. El cadáver de la víctima, detenido en los años 90 por su presunta relación en una de las mayores redes de producción y distribución de pornografía infantil desmantelada en España, fue hallado maniatado, con una bolsa en la cabeza y el rostro destrozado por los golpes.

Claudiu D. C. y Vasile C. B., que ahora tienen 25 y 22 años, respectivamente, ambos de nacionalidad rumana, aprovecharon que su víctima solía invitar a chicos a fiestas sexuales en su casa, donde les ofrecía cocaína, para cometer presuntamente su crimen. Según el escrito del Ministerio Fiscal, ambos acusados accedieron a la vivienda «con la intención de apoderarse del dinero y otros objetos de valor que ellos pensaban que aquel pudiera tener en su domicilio». De igual modo, el fiscal considera que decidieron acabar con la vida de Vicente S. para evitar que pudiese identificarlos. De hecho, el fallecido conocía a uno de ellos de otros encuentros.

Aunque el robo parece ser el único móvil del crimen, testigos que en su día incriminaron a los ahora procesados declararon a la policía que todo se desencadenó cuando Vicente intentó forzar sexualmente a uno de ellos, realizándole tocamientos. En la inspección ocular de la vivienda el grupo de policía científica encontró un preservativo usado, cajones por el suelo, el colchón rajado -por si guardaba dinero o droga en él- y la caja fuerte vacía.

Huyeron del país tras el crimen

Las pesquisas del grupo de Homicidios de la Policía Nacional permitieron la detención un año después de cuatro jóvenes de origen rumano, que habían huido del país tras el crimen, por su presunta relación en el asesinato, como informó en exclusiva Levante-EMV. Finalmente la Fiscalía ha pedido el sobreseimiento provisional de la causa contra dos de ellos, Ionut N. y Beniamin D. ya que «del resultado de las actuaciones, declaraciones testificales y pruebas periciales practicadas, no ha quedado acreditada su participación».

Respecto de los otros dos acusados, quienes tendrán que rendir cuentas por su presunto crimen ante un jurado popular, uno de ellos permanece en prisión provisional, mientras que el otro presunto coautor, defendido por los letrados Juanjo Quesada e Isabel Claramunt, quedó en libertad tras ser inicialmente encarcelado.

Los hechos ocurrieron la noche del 7 de diciembre de 2016 cuando los dos jóvenes «con ánimo de menoscabar la integridad física de Vicente y de doblegar su voluntad comenzaron a golpearle en la cabeza». Con las manos atadas con un cable lo arrastraron por la casa «intentando que les indicara los lugares en los que guardaba el dinero y los objetos de valor», detalla el fiscal en su escrito.

Tras propinarle una brutal paliza, que le causó lesiones en el ojo izquierdo, frente, labios y cabeza, los acusados decidieron acabar con su vida para que no pudiera identificarlos. Así, «le colocaron una bolsa de plástico en la cabeza, la ataron con una cuerda y apretaron fuertemente hasta asfixiarlo». La autopsia determinó que la causa de la muerte era un edema cerebral por estrangulamiento.

Entre los efectos de los que se apoderaron -que no han podido concretarse- los jóvenes se llevaron una tarjeta de crédito del fallecido, con la cual intentaron extraer 600 euros de un cajero automático de Alzira a las dos de la madrugada, apenas unas horas después del crimen. Ese fue el hilo del que pudieron tirar los investigadores para identificarlos y que llevó a su detención.