Un vecino que auxilió a Magdalena Torres, la mujer de 67 años asesinada junto con su hija, Elvira Maldonado, en noviembre de 2015 en Llíria por el exyerno y exmarido de ambas desgranó ayer con sumo detalle cómo escuchó los tiros desde su casa y cómo el autor, que está siendo juzgado por un tribunal popular en la Audiencia de València, remató de tres disparos más (fueron cinco en total) a la mujer pese a que «le pidió por favor que no lo hiciera, caída ya en el suelo». Magdalena agonizó durante varios minutos, en los que el testigo no se separó de su lado ni un momento.

No fue el único relato desgarrador que escucharon ayer los nueve miembros del jurado. El otro lo ofreció una adolescente de 14 años que en aquel momento, con 10, tuvo que ver en directo, desde el coche que conducía su madre, cómo Leonardo M. C. tiroteaba a las víctimas (Elvira recibió tres y Magdalena, cinco) y, sobre todo, cómo remataba a esta última.

La menor explicó que «la mujer estaba en el suelo, él se acercó, la cogió del pelo para levantarla, la soltó le volvió a disparar». Y todo ello, aseguró, con aparencia de estar tranquilo, algo en lo que coincidieron los dos testigos.

Es más, el que atendió a Magdalena fue tajante: «Tal como actuó, no es posible que estuviera dubitativo. La tenía que matar, y la mató. Y cuando la mató, se fue por donde había huido el coche».

El tercer testigo del doble crimen fue el hombre que llevó a Leonardo desde Villena a Llíria en la creencia de que solo iba a entregar al pequeño a su madre y que huyó despavorido después de ver al acusado sacar el arma de la riñonera, cuya existencia desconocía, y matar a Elvira y a Magdalena. Antes de hacerlo, le dejó el niño, de 3 años, a unos vecinos a dos calles, y escapó aterrorizado.