Un hombre de 35 años ha aceptado una condena de un año y medio de prisión -cuya ejecución se va a suspender con el visto bueno de Fiscalía- por tratar de extorsionar a un párroco de una localidad de Valencia con publicar un vídeo en el que el religioso le practicaba una felación.

Esta condena es fruto de un pacto de conformidad alcanzado entre ambas partes en un procedimiento de mediación penal intrajudicial, en el que el cura ha manifestado que "ya no le tiene miedo" y que "se siente totalmente reparado y satisfecho con las explicaciones y disculpas recibidas", según recoge el escrito de conformidad. Las partes han ratificado el acuerdo este lunes ante la Sección Tercera de la Audiencia de Valencia.

Según explica la fiscal del caso en su escrito de conclusiones provisionales, de conformidad con la defensa del acusado, este hombre, de nacionalidad afgana, entabló una amistad con el párroco y este le acogió en su domicilio entre mayo de 2014 y febrero de 2015, cuando el encausado se marchó a Alicante.

En enero de 2017, el sacerdote fue trasladado a una parroquia de València, donde volvió a acoger al joven afgano. Posteriormente, se vieron en el domicilio del acusado y mantuvieron relaciones sexuales, en las que el cura le practicó una felación, momento que aprovechó el procesado para coger su móvil y grabar la relación sexual sin el consentimiento de la víctima.

El acusado, con la finalidad de obtener un beneficio económico y desprestigiar al religioso "haciendo saber a su entorno sus inclinaciones sexuales", le envió por Whatsapp varios mensajes, uno de los cuales contenía la grabación de vídeo del encuentro sexual y le exigía 100.000 euros. En caso de no pagar, le amenazaba con remitir las imágenes a los familiares del denunciante, a sus contactos de Facebook y hasta "al Papa".

Igualmente, envió mensajes de texto a familiares del cura, a quienes les decía "quieres un vídeo sexual de (la víctima), pregúntale a él si quiere que te lo envíe".

Detención del extorsionador

Posteriormente, denunciante y denunciado quedaron en un bar de València, donde el cura acudió con las fuerzas de seguridad, que procedieron a efectuar la detención del acusado. La grabación nunca fue difundida ni en las redes sociales ni a nadie del entorno del perjudicado.

El acusado y la víctima han participado voluntariamente en un procedimiento de mediación penal intrajudicial, en el que el procesado explicó lo sucedido y "los malentendidos que hayan podido existir" y pidió disculpas al párroco "por todo aquello que le haya podido ofender". El cura manifestó que "ya no le tiene miedo" y que se sentía "totalmente reparado y satisfecho con las explicaciones y disculpas recibidas".

La acusación pública acusaba al hombre de extorsión en grado de tentativa y delito contra la intimidad y contemplaba las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño, por lo que el encausado ha aceptado un año y seis meses de prisión.

La fiscal no se ha opuesto a que se conceda el beneficio de la suspensión de la ejecución de la pena de prisión, aunque sí se ha impuesto la prohibición de aproximarse a una distancia no inferior a 300 metros ni a comunicarse con el párroco, así como al pago de las costas del proceso judicial.