Un hombre de nacionalidad ecuatoriana se enfrenta a penas que ascienden a los 19 años de cárcel por dos delitos de lesiones, allanamiento de morada y agresión sexual. El acusado, juzgado esta semana en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de València, se coló en la vivienda de su vecina, con la que había tenido una relación de noviazgo durante nueve meses, tras saltar un muro de unos 90 centímetros de altura, y le propinó presuntamente una paliza llegando incluso a introducirle los dedos en la vagina hasta hacerle sangre. Todo ello en presencia del hijo de siete años de su víctima. Para que el niño dejara de llorar y gritar, el procesado le dijo que si paraba le compraría una Playstation 4, según el fiscal.

Unos días antes de esta agresión sexual, ocurrida en marzo de 2018 en València, el agresor ya había propinado un puñetazo en la cara a su expareja y todavía vecina, después de dejarle en la puerta un ramo de flores con una nota que demuestra el móvil machista de dichos ataques. «De tu amigo de Facebook que le gustas mucho». Como consecuencia de dicha agresión la mujer sufrió una contusión nasal.

Durante el juicio el acusado negó la violación e incluso haberle mandado las flores, que según su versión, eran para otra mujer. Aunque reconoció haberla golpeado. «Me armó el espectáculo y le di sin querer un golpe en la nariz», confesó, para acto seguido rebajar su declaración con que en ningún momento la vio sangrando.

No obstante, el acusado no supo aclarar el mensaje que supuestamente le envió a su ex en el que le decía: «Prometo no acercarme a ti, se me fue de las manos». Respecto a la mañana en la que se coló en la vivienda de su vecina y excompañera sentimental manifestó que estaba «en un estado de embriaguez que no me acuerdo de nada». Ante las preguntas de la Fiscalía, admitió que debió de saltar el muro que separa las dos terrazas «porque no hay otra forma de entrar».

Fruto de los golpes que le propinó a su víctima, le rompió la mandíbula por dos sitios. la mujer sufre desde entonces estrés postraumático y su hijo también recibió tratamiento psicológico.