El hombre acusado de intentar asesinar a su expareja, a la hija de ella, de 16 años, y a la hija común de ambos, de solo dos años, tras rociarles con gasoil para prenderles posteriormente fuego con un mechero en l´Alcúdia en 2017, ha negado esta mañana que su intención fuera matarlas. De hecho, el procesado, que se enfrenta a penas que ascienden a los 50 años de prisión por tres delitos de asesinato en grado de tentativa y dos delitos de malos tratos, alega que era él quien se quería quitar la vida quemándose vivo, y que quitó el tapón de la botella con el líquido inflamable para que vieran que iba en serio.

En el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de València el acusado ha reconocido que tenía una botella de gasoil preparada en el portal de su vivienda y que la sacó cuando su ex acudió a su domicilio para que le pagara la pensión. Según él mismo ha admitido, le pidió que pasara dentro del portal para darle el dinero porque no llevaba en ese momento los 215 euros encima.

"Yo tenía un problema personal en mi vida y quería darle unos consejos para cuidar de las niñas antes de quitarme la vida", alega el acusado, quien ha insistido en que pretendía prenderse fuego pero lejos de ellas.

No obstante, su relato sobre lo ocurrido aquel 26 de diciembre de 2017 en l´Alcúdia ha estado plagado de incoherencias. Por un lado asegura que no llevaba mechero alguno y que fue la propia hija mayor de su pareja quien se prendió fuego con el cigarro que estaba fumando, aunque posteriormente ha explicado que se escondió en un contenedor y dentro del mismo se pegó fuego con un mechero que una mujer que pasaba por la calle le había prestado.

Por su parte, la víctima ha relatado que un año antes ya había protagonizado un incidente violento con su hija mayor, a la que golpeó contra la nevera, testimonio que ha confirmado también la menor. Asimismo, en septiembre de 2017 comenzó a recibir mensajes del acusado con insultos diciendo que era "la puta de l´Alcúdia".

Sobre el día que intento quemarla a ella y a sus hijas, incluida a la niña de dos años que se encontraba en la sillita de bebé del coche, la mujer sostiene que le recriminó que no le dejara ver a la niña y que acto seguido sacó una botella "con un líquido raro". "En cuanto vi la botella y sentí el olor me giré y salí corriendo", relata la víctima. A quien logró rociar con el líquido inflamable.

Su hija mayor, que tenía 16 años en ese momento, salió en su defensa y cuenta que empujó a su agresor contra un coche. Fue entonces cuando la tomó con ella y le prendió fuego al pelo. Asimismo roció con el combustible el coche en cuyo interior estaba su hermana de dos años.

El presunto agresor machista no logró consumar su propósito ya que fue retenido por varios vecinos y finalmente acabó detenido por la Guardia Civil. El Ministerio Fiscal solicita para él penas que suman los 50 años de prisión por tres delitos de asesinato en grado de tentativa, dos de malos tratos y un delito leve de injurias.