La justicia francesa decidió ayer la entrega de la etarra Iratxe Sorzábal a España para ser juzgada por su presunta implicación en el atentado contra el aeropuerto de Alicante, el 29 de julio de 1995, que causó daños materiales pero no víctimas.

La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París precisó que será una entrega diferida por los procedimientos que Sorzábal (Irún, 1971) tiene pendientes en Francia, donde cumple varias condenas.

La sala de instrucción, en la línea de lo que había pedido la Fiscalía en febrero, dio su visto bueno a la euroorden española de 2010 en la que se la reclama para que responda de cargos terroristas por su supuesta responsabilidad en la colocación del artefacto que explotó en el aeropuerto de Alicante.

Los jueces desoyeron así los argumentos de Sorzábal, que ante los jueces había afirmado que la acusación se basa en declaraciones que hizo «bajo tortura» cuando estaba detenida en España en 2001. La abogada de la etarra, Xantiana Cachenaut, adelantó que tiene intención de recurrir el dictamen de la sala de instrucción ante el Tribunal Supremo, un procedimiento que puede tardar varios meses.

Otras dos causas en Irún y Gijón

La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París ya había aceptado en septiembre de 2018 otras dos demandas de extradición españolas contra ella por sendos atentados, uno en Irún en 1995 y otro en Gijón un año más tarde, en 1996.

Sorzábal se encuentra encarcelada en Francia desde su captura en el País Vasco francés en septiembre de 2015 junto al también etarra David Pla, cuando las fuerzas del orden españolas los consideraban los jefes de ETA.

Los dos fueron juzgados el pasado mes de febrero por el Tribunal Correccional de París, que la sentenció a siete años de cárcel a ella y a cinco a él. Pla se encuentra ahora en libertad bajo control judicial en espera de la tramitación de otra euroorden española.