Un proveedor del concesionario Novocar situó ayer a Miguel López, único acusado de matar a su suegra, Maria del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, Vicente Sala, fuera del concesionario sobre las 18:30 horas del 9 de diciembre de 2016, cuando sucedieron los hechos. En su testimonio de ayer ante el tribunal del jurado que juzga a López, el testigo aseguró que los coches de ambos estaban aparcados juntos y que López se le acercó para despedirse. A preguntas del Ministerio Fiscal, declaró que el acusado «es una persona muy activa» y que, sin embargo, no lo notó «diferente, ni nervioso».

El testigo, que indicó que no vio el coche de la fallecida, explicó que fue al concesionario a recoger una furgoneta que había comprado sobre las 18:09 horas. La gestión se hizo dentro de la empresa y durante aproximadamente media hora y que, ya en el exterior, cuando un trabajador de Novocar le había solucionado la documentación, tuvo que regresar al interior a coger unos triángulos y algún elemento de la baca, que se le habían olvidado. «La furgoneta estaba aparcada fuera en el aparcamiento y fue allí dónde me encontré con Miguel», concluyó.

Por su parte, un mecánico de Novocar, que trabajó para la empresa 21 años, detalló que, sobre las 19:00 horas, otro de los trabajadores del taller le dijo al responsable del lavadero que había alguien sangrando en el lavadero. «Cuando salí a la puerta me cruce con él y me dijo que no me acercara, que era la jefa y que le habían pegado dos tiros», defendió y aclaró: «No me acerqué».

Confirmó que había cinco coches y que no oyó llegar a María del Carmen Martínez. A última hora, sobre las 18:30 horas, vio llegar al compañero que habitualmente se encargaba de entregar los vehículos. Además, dijo que no recuerda que se entregaran los coches en el lavadero.

Además del acusado, ayer declararon un policía amigo de la familia y el forente que levantó el cadáver en diciembre de 2016.