Al mismo tiempo que siguen arribando pateras a las costas valencianas durante estos últimos días, un supuesto miembro de las mafias que se enriquecen de la desesperación de estas personas por salir de sus países de origen, poniendo en riesgo sus vidas, se sentó ayer en el banquillo de los acusados en la Audiencia Provincial de València. El presunto patrón de una patera que realizó el trayecto de Argelia a Almería el pasado mes de mayo, con 16 migrantes a bordo (entre ellos dos menores), se enfrenta ahora a una pena de siete años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Aoued B. M., de origen argelino, negó en el juicio ser el patrón de la embarcación en la que llegaron a la costa almeriense: «no tengo dinero para tener una patera». Así como haber cobrado al resto de ocupantes de la misma por el viaje. De hecho, según alegó él era un pasajero más de la embarcación y pagó 600 euros por el viaje.

No obstante, uno de los migrantes que iba en la citada patera -una barca de fibra de cinco metros de eslora y dos de manga-, que declaró en la vista oral como testigo protegido, lo reconoció sin género de dudas como la persona a quien le entregó los 650 euros del viaje. Asimismo, este testigo, que fue trasladado al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de València, también lo identificó como quien manejaba la patera durante el viaje, menos en el momento en el que iban a llegar a la costa, cuando le cedió el control de la embarcación a otra persona.

El propio acusado reconoció haber manejado la patera, pero solo durante unos quince minutos, momento en el que fue grabado por algunos pasajeros de forma casual. Además, el procesado también admitió que ya había estado otras veces en España por trabajo como temporero, y le constan varias entradas ilegales en el país. Esto acreditaría que no se trataba de un mero pasajero más, sino que era una práctica habitual. «Era famoso en el barrio por haber ido y vuelto con éxito».