Hay ocasiones en las que solo un giro inesperado de los acontecimientos puede dar pie a resolver un crimen que permanecía dormido durante años. Así ocurrió con la muerte de Juan Pablo Langa, alias ´Tejo´, un joven de 25 años vecino de Nàquera, cuyo cadáver fue encontrado carbonizado y con un tiro en la cabeza en un descampado de Bonrepòs i Mirambell el 29 de mayo de 2004. Los cuatro presuntos autores de su asesinato se sientan hoy ante un jurado popular después de que uno de ellos confesara voluntariamente en marzo de 2017 - trece años después del crimen - haber acabado con la vida de éste para zanjar una deuda por drogas.

Según el relato de hechos del fiscal, el autor confeso llevó a su víctima a un piso de València con engaños, donde junto a otros dos acusados lo redujeron e inmovilizaron, colocándole unas esposas, y lo dejaron encerrado en el cuarto de baño tras sedarlo al inyectarle un tranquilizante. Posteriormente, mientras dos de ellos se quedaron custodiándolo, otros dos procesados fueron al domicilio de ´Tejo´, y haciendo uso de las llaves que le habían quitado, se apoderaron de sustancias estupefacientes y de 3.000 euros.

Más tarde, conscientes de que la víctima podría identificarlos, lo introdujeron en el maletero de un coche, con el rostro tapado con una capucha, y lo trasladaron a un descampado ubicado en la localidad de Bonrepòs i Mirambell donde, presuntamente, uno de los acusados le ejecutó de un disparo a quemarropa en la cabeza. Para eliminar posibles vestigios del crimen prendieron fuego al cadáver con un acelerante que previamente habían comprado en una gasolinera de Benferri.

El autor material que ejecutó presuntamente a la víctima con un arma de fuego de la que carecía de licencia se enfrenta a penas que ascienden a los 25 años y siete meses de cárcel por los delitos de asesinato, detención ilegal y tenencia ilícita de armas. Para otros dos procesados la Fiscalía pide sendas penas de 23 años de prisión y para el acusado que se entregó a la Guardia Civil, cuando el procedimiento ya se encontraba sobreseído desde 2006 por falta de autores conocidos, solicita diez años y nueve meses al contemplar la circunstancia atenuante muy cualificada de confesión.

El propio asesino confeso, identificado como José Ángel P. T., más conocido como ´Guiz´ y que ahora tiene 38 años, mantenía una deuda con la víctima relacionada con el tráfico de drogas, unos 25.000 euros, como ya adelantó en su día Levante-EMV. Así, ideó presuntamente su secuestro para apoderarse del dinero y las sustancias estupefacientes que ´Tejo´ pudiera ocultar en su domicilio.

Bajo el pretexto de pagarle parte de la cantidad que le adeudaba ´Guiz´ se citó con el joven la tarde del 28 de mayo de 2004 en un aparcamiento de un establecimiento comercial de la calle Periodista Gil Sumbiela de València. La víctima acudió con su motocicleta y ambos se trasladaron a una vivienda de la calle Emili Camps i Gallego. En dicho inmueble se encontraban esperando otros dos acusados; Enoc S. T., un luchador valenciano de artes marciales de 35 años, y Manuel Francisco M. M., alias ´Saque´, de 37 años.

Estos tres acusados junto a Miguel Ángel C. M., alias ´Flai´, de 49 años, tratarán de explicar ante los miembros del jurado popular qué papel jugaron en el crimen, su presunta participación en el mismo y el conocimiento que tenían del fatal desenlace de la víctima, cuyo cadáver fue hallado carbonizado y con un tiro en la cabeza, con orificio de entrada a la altura de la oreja izquierda, sobre las 8.15 horas del 29 de mayo de 2004 por un vecino que paseaba a su perro por el paraje del Clot, junto al barranco del Carraixet, en Bonrepòs i Mirambell.

Alega que los acusó por “venganza”

El el acusado que en su día permitió resolver un crimen once años después de su sobreseimiento se ha retractado esta tarde de lo manifestado voluntariamente ante la Guardia Civil en 2017. Según ha alegado ahora el procesado, defendido por el letrado Juan Carlos Navarro, realizó tales acusaciones contra los otros tres incriminados «por venganza».

Las defensas de los procesados, ejercidas por los abogados Navarro, José María Velázquez, Miguel Ángel Sampedro y Andrés Zapata, solicitan la libre absolución de sus representados. Sin la confesión autoincriminatoria del acusado que permitió reabrir la causa la carga probatoria se presenta complicada. No obstante, el letrado de la acusación particular Javier Gimeno sostiene que pese a lo que ahora pueda declarar el presunto asesino confeso, cuya integridad podría haber sido amenazada, en su momento realizó un relato «detallado y pormenorizado» de las últimas diez horas en la vida de ‘Tejo’, el joven asesinado de un tiro en la cabeza.