La Policía Nacional ha abierto expediente para investigar a los agentes que estaban de servicio en la mañana del martes, 5 de noviembre, en el área de calabozos de la Ciudad de la Justicia de València cuando se escapó de ese recinto el segundo detenido en menos de un mes, tal como informó ayer Levante-EMV. El expediente informativo, que podría acabar en una sanción para alguno de los tres policías que estaban en ese momento en el área de calabozos, recoge, entre otros hechos, lo que las cámaras de seguridad del centro de control Cecon recogieron.

En ellas, según ha podido saber este diario, se aprecia cómo el arrestado saca su zapatilla por la pequeña apertura a modo de ventana en la puerta de su celda, descorre el pestillo, sale al pasillo y se dirige hacia la puerta sin que nadie se aperciba de ello. De hecho, según las fuentes consultadas, en ese momento había dos agentes de la Policía Nacional en la estancia utilizada como garita, en la que hay dos monitores que reciben, en tiempo real, las imágenes captadas por las cámaras del circuito interno de vigilancia.

Esas mismas imágenes aparecieron en los monitores ubicados en el Cecon, donde se centraliza todo el sistema de seguridad y vigilancia de la Ciudad de la Justicia de València.

Pero, además, las cámaras, que graban durante 24 horas al día, registraron el momento en que el reo, detenido de nuevo casi ocho horas después en Paterna, cuando salía de casa de un familiar, se cruzó, literalmente, con un agente de la Policía Nacional. En la imagen se ve cómo el policía, que en ese momento está atento a la pantalla de su teléfono móvil, solo repara un momento en la presencia del detenido, a quien no llama la atención. Eso sí, instantes después, aparentemente extrañado, se dirige a la garita donde estaban sus dos compañeros, al parecer, para preguntarles por el hombre al que se había cruzado.

Por ese pasillo, recuerdan las fuentes consultadas, no deambula nadie que no sea policía o, en su defecto, abogado o funcionario judicial, por lo que el hecho de que nadie le llamara la atención ha sorprendido en medios policiales.

Pero eso no es todo. Para que el fugitivo, Rafael G. S., de 37 años, alcanzase la calle, tuvo que atravesar antes dos puertas. La primera, la que ha generado más alarma, es la que separa el área de calabozos del resto del inmueble, y que solo se acciona con una tarjeta con chip de la que disponen solo los funcionarios policiales, por lo que el informe elaborado por la Jefatura Superior de Policía concluye, obviamente, que estaba abierta cuando el detenido salió de su celda.

La segunda fue la salida de emergencia ubicada junto al juzgado de guardia. Fue precisamente la apertura de esta segunda puerta la que hizo saltar las alarmas en el Cecon, bajo control de la Guardia Civil. Los guardias alertaron a los policías nacionales destinados en el juzgado de guardia, que salieron corriendo tras el fugitivo, aunque ya no le dieron alcance.

En el informe enviado por la Policía Nacional a la Conselleria de Justicia e Interior, la jefatura ha solicitado el cambio de las puertas de las celdas, algo que ya había empezado a llevarse a cabo, pero que tampoco evitaría futuras fugas si no se mantienen el resto de las medidas de seguridad, como mantener cerrada la puerta de acceso a esa área.