Los nueve miembros del jurado popular -más los dos suplentes- del caso Sala deliberan desde ayer sobre si Miguel López mató o no a su suegra, María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, Vicente Sala, tras recibir el objeto del veredicto sobre el que deberán pronunciarse. López es el único acusado del crimen, ocurrido en diciembre de 2016, en el concesionario de coches que regentaba en Alicante.

El jurado inició su incomunicación pasadas las 15 horas para deliberar sobre un caso que se comenzó a juzgar el 14 de octubre. El tribunal popular deberá responder a 12 preguntas para determinar sobre la inocencia o culpabilidad del acusado. Para declarar culpable a López deberá contar con el voto a favor de siete de sus miembros y el de cinco para que el veredicto sea de no culpabilidad. Las deliberaciones son secretas y deben estar presididas por el portavoz. Se votará en orden alfabético y la abstención conllevará una sanción y se computará como favorable al acusado.

María del Carmen Martínez recibió dos disparos en la cabeza, el 9 de diciembre de 2016, en el interior de su coche en el lavadero de Novocar, el concesionario que entonces regentaba el acusado. Miguel López, marido de la hija pequeña de la víctima, se enfrenta 24 años de cárcel por asesinato con agravante de parentesco y por tenencia ilícita de armas.

La magistrada presidenta del tribunal trasladó al jurado las doce preguntas del objeto del veredicto, después de que su contenido fuera consensuado con el fiscal y los letrados de la acusación particular y de la defensa. Tras entregarles el cuestionario del que tiene que salir el veredicto, Francisca Bru pidió a los jurados que realicen su cometido «con imparcialidad» e «íntima convicción» pero teniendo presente que «no siempre se pueden conjugar los derechos del acusado y los de la víctima». La presidenta pidió a los jurados que se centren «en si el acusado cometió o no el crimen» aun con la dificultad que supone la falta de pruebas directas, les recordó que el sospechoso «no tiene que probar su inocencia sino las acusaciones su culpabilidad», dejó caer también que «hay muchos crímenes sin resolver» e insistió en que, en caso de duda, «la sociedad democrática sufre mucho más con un inocente en la cárcel que con un culpable en la calle».

Pruebas indiciarias

Les explicó que en este caso «no hay pruebas directas» y que, por tanto, tendrán que valorar «pruebas indiciarias», en base a que «estén acreditados por una prueba directa» como primer requisito. Además, señaló como segundo requisito la exigencia de que sean «plurales» o «excepcionalmente único, pero de una singular potencia acreditativa». Las pruebas también tienen que ser «concomitantes al hecho que se juzga» y, por último, que estén «interrelacionadas».

Los miembros del jurado tendrán que responder a doce preguntas con un sí o con un no, que acompañarán de una sucinta motivación o razonamiento «razonable», añadió la presidenta del tribunal. Entre las recomendaciones, solicitó «imparcialidad» y en base a «las pruebas que se ha practicado de cara a garantizar un veredicto no contaminado».