Un veredicto que no convence a la magistrada. La presidenta del tribunal que juzga el crimen de María de Carmen Martínez -la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala- devolvió anoche al jurado el acuerdo que habían adoptado sobre la culpabilidad o no de Miguel López en el asesinato de su suegra. La jueza tomó la decisión para que los jurados «subsanen una serie de deficiencias conforme a los artículos 63 y 64 de la Ley del Jurado» que establecen esta posibilidad, según el informó el Tribunal Superior de Justicia. En concreto, les reclama que completen la motivación del veredicto.

Cerca de las 22 horas, la magistrada Francisca Bru convocaba a las dos acusaciones y a la defensa a una audiencia celebrada a puerta cerrada para comunicarles su intención de devolver al jurado el veredicto que habían cerrado después de más de doce horas de deliberaciones. Una tarea en la que las seis mujeres y los tres hombres que conforman el tribunal llevan empleados desde las 3 de la tarde del jueves, y cuyo plazo para la primera prórroga por otros dos días expira a la misma hora de hoy, antes de la cual podría contarse con una resolución una vez que se subsanen las anomalías. De no ser así, se dispondría de otros días más, hasta el miércoles. La jueza puede devolver hasta en tres ocasiones el veredicto tras lo que, en caso de persistir el rechazo, se disolvería el tribunal y tendría que volver a celebrarse el juicio con otro jurado.

El alcance del silencio de Miguel López, quien se acogió a su derecho a no declarar, fue uno de los aspectos del juicio por el crimen de María del Carmen Martínez que la presidenta del tribunal explicó a los miembros del jurado. «El silencio puede servir para corroborar la culpabilidad pero no como un medio para suplir la falta de pruebas. Tiene valor si ha habido prueba de cargo para vulnerar la presunción de inocencia pero ninguno si ésta no se ha desvirtuado», concretó.

La jueza ofreció esta interpretación en la última sesión de la vista oral tras entregar al jurado el cuestionario del que debe salir el veredicto. Bru pidió a los jurados que realicen su cometido «con imparcialidad» e «íntima convicción», pero teniendo presente que «no siempre se pueden conjugar los derechos del acusado y los de la víctima». La presidenta reclamó a los jurados que se centren «en si el acusado cometió o no el crimen» aún con la dificultad que supone la falta de pruebas directas.