El crimen de Juan Pablo Langa, alias ´Tejo´, un joven de 25 años vecino de Nàquera, cuyo cadáver fue encontrado carbonizado y con un tiro en la cabeza en un descampado de Bonrepòs i Mirambell el 29 de mayo de 2004 quedará sin castigo. Los cuatro acusados de su asesinato y detención ilegal, que se enfrentaban a penas de entre 23 y 26 años de prisión han sido declarados inocentes por los miembros del jurado popular al entender que "no hay suficientes elementos externos que corroboren su implicación en los hechos".

Ni siquiera la confesión espontánea y voluntaria de uno de los presuntos autores del crimen, quien trece años después del asesinato y cuando ya se había archivado la causa por falta de autor conocido, se autoinculpó e incriminó a otros tres amigos, ha sido suficiente para condenar a los cuatro sospechosos. Esta prueba quedó finalmente en nada al retractarse en el juicio el presunto asesino confeso, quien alegó que lo hizo por "venganza" contra los otros coacusados.

El jurado no ha tenido en cuenta los numerosos detalles que dio en su declaración voluntaria ante el grupo de Homicidios de la Guardia Civil, y que luego ratificó en el juzgado de instrucción. Tampoco se han considerado suficientes los indicios que corroboraban su relato de los hechos ni las escuchas telefónicas en la que algunos de los acusados se incriminaban al hablar con sus respectivas parejas. Asimismo, no han tenido en consideración que la moto del fallecido fuera encontrada sin matrícula en un garaje de una finca donde el principal acusado tenía precisamente un piso franco.

Ha resultado clave en esta absolución el papel de los letrados de la defensa, en especial el interrogatorio de Juan Carlos Navarro, quien acorraló al forense que realizó la autopsia hasta que dijo lo que quería que escucharan los miembros del jurado, que lo más probable es que el crimen se produjera en otro lugar y el cuerpo fuera trasladado hasta allí una vez muerto. Así como que el disparo en la cabeza no se produjo cuando la víctima estaba encapuchada, dada la ausencia de orificio en la citada prenda, lo que desmontó el relato que hizo su cliente en la confesión en la que incriminaba a todos ellos.

Los otros tres procesados, defendidos por los letrados Miguel Ángel Sampedro, Andrés Zapata y José María Velázquez, también han quedado exonerados de cualquier relación con el crimen, cuyo origen, según las investigaciones de la Guardia Civil -y explicó detalladamente el acusado que confesó los hechos- fue una deuda por drogas.

Según el relato de hechos del fiscal, el autor confeso llevó a su víctima a un piso de València con engaños, donde junto a otros dos acusados lo redujeron e inmovilizaron, colocándole unas esposas, y lo dejaron encerrado en el cuarto de baño tras sedarlo al inyectarle un tranquilizante. Posteriormente, mientras dos de ellos se quedaron custodiándolo, otros dos procesados fueron al domicilio de ´Tejo´, y haciendo uso de las llaves que le habían quitado, se apoderaron de sustancias estupefacientes y de 3.000 euros.

Más tarde, conscientes de que la víctima podría identificarlos, lo introdujeron en el maletero de un coche, con el rostro tapado con una capucha, y lo trasladaron a un descampado ubicado en la localidad de Bonrepòs i Mirambell donde, presuntamente, uno de ellos le ejecutó de un disparo a quemarropa en la cabeza. Para eliminar posibles vestigios del crimen prendieron fuego al cadáver con un acelerante que previamente habían comprado en una gasolinera de Benferri. Todo ello ha quedado ahora no acreditado con el veredicto de no culpabilidad del Tribunal Popular.