La jueza de Instrucción número 3 de Catarroja envió ayer a prisión sin fianza al joven de 26 años detenido el domingo pasado junto con dos de sus hermanos por el asesinato de Manolo Tamarit, el anciano de 92 años estrangulado el pasado 30 de enero en su domicilio de Albal.

La instructora de la causa, a petición del fiscal, dictó prisión provisional, comunicada y sin fianza para Emmanuel S. como supuesto autor material del crimen, mientras que dejó en libertad con cargos a sus hermanos, David, de 24 años, y Marius, de 22, acusados de encubrimiento. Ambos deberán comparecer cada quince días en el juzgado para garantizar que no se sustraen a la acción de la Justicia, por lo que además se les ha prohibido salir del país y se les ha retirado el pasaporte.

Los tres hermanos, arrestados por agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil el pasado domingo en Alzira y València, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, fueron llevados al juzgado sobre las 10.00 horas de ayer y comparecieron ante la jueza asistidos por sus letrados, Carlos y Antonio Barbas Ponce.

Fuentes jurídicas han confirmado que los tres hermanos se acogieron a su derecho a no declarar, como ya habían hecho ante la Guardia Civil, aunque prestaron su consentimiento a que se les extrajeran muestras de ADN y a que expertos en dispositivos electrónicos vuelquen y analicen el contenido de sus teléfonos móviles para rastrear contactos con la víctima.

La toma de muestras genéticas tiene por fin cotejarlas con distintas evidencias recogidas hace apenas una semana en la vivienda de Manolo Tamarit, conocido con el sobrenombre familiar de El Boñigo, durante una nueva inspección ocular en la casa, llevada a cabo por agentes del laboratorio de Criminalística de la Comandancia de València y del grupo de Homicidios.

Según ha podido saber este diario, los agentes centraron la búsqueda de evidencias en el segundo piso de la vivienda, ya que del testimonio de otros jóvenes cuyos servicios sexuales había contratado la víctima se desprendía que era esa zona de la casa a la que llevaba a los chicos para mantener los encuentros pactados de antemano.

Según las fuentes antes citadas, en esa nueva inspección ocular, realizada ocho meses y medio después del crimen, los agentes habrían aislado manchas de sangre, restos de posible origen espermático y chicles mascados y arrojados al suelo. Las muestras ya habían sido enviadas al laboratorio central de Criminalística de la Guardia Civil, ubicado en Madrid, para extraer cuantos perfiles genéticos pueda haber en esos vestigios.

Ahora, la Comandancia de València enviará al mismo laboratorio las muestras indubitadas de ADN tomada a los tres detenidos con el fin de averiguar si hay ADN de ellos en la casa.

Admiten las relaciones

Aunque no han querido declarar ante la jueza que instruye la causa, los tres detenidos sí han admitido haber mantenido relaciones sexuales pagadas con Tamarit. El presunto autor material niega, sin embargo, haber estado jamás en la casa, y ha asegurado que los encuentros sexuales con Manolo Tamarit se produjeron en Alzira y no en Albal, en la vivienda de la víctima. Las pruebas de ADN le darán o no la razón.

Pero no es la única evidencia que sus abogados deberán remontar, ya que la magistrada cuenta con intervenciones telefónicas y con el análisis de la geolocalización de los acusados, sobre todo del principal, a partir de los posicionamientos registrados por sus teléfonos móviles. Además, han analizado el tráfico de llamadas de los teléfonos, a lo que ahora se sumará lo que pueda obtenerse del volcado de datos de los terminales, que realizará el departamento de nuevas tecnologías de la Zona de València de la Guardia Civil.