La Fiscalía ha solicitado el archivo de la causa penal abierta tras la muerte de una clienta del prestigioso restaurante Riff de València y la intoxicación alimentaria de una treintena -incluida la fallecida- de los 85 clientes que comieron en el local entre los días 13 y 16 de febrero de este año. El ministerio público ha decidido solicitar el sobreseimiento de la causa tras recibir el informe definitivo de la autopsia, en la que queda claro que no hay relación directa entre la intoxicación y la muerte de la mujer.

Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, los análisis realizados por el Instituto de Medicina Legal de València y por el Instituto Nacional de Toxicología, en Madrid, así como por la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat Valenciana, han determinado que la mujer sufría una patología basal que desconocía, que la llevó a perder el conocimiento como consecuencia del episodio de vómitos desencadenados por la intoxicación alimentaria.

Según delantó este diario en febrero de este mismo año, el informe provisional de la autopsia achacaba la muerte a una asfixia por broncoaspiración. Los jugos del estómago fueron inhalados a través de los bronquios, impidiendo el paso del oxígeno, lo que generó una anoxemia -el oxígeno deja de llegar a la sangre y se produce un fallo respiratorio letal.

El relato efectuado por el marido de la fallecida concordaba con el informe provisional. El hombre detalló al equipo médico del SAMU que su mujer se había desplomado en el cuarto de baño, mientras vomitaba. Él acudió en su ayuda y, al ver que estaba semiinconsciente, la llevó al dormitorio, donde continuó vomitando. Al ver que su respiración se apagaba, no solo llamó a emergencias pidiendo ayuda médica urgente, sino que además comenzó a intentar reanimarle aplicándole el boca a boca. La broncoaspiración se produce preferentemente cuando la persona queda en estado de inconsciencia o semiinconsciencia, por lo que pierde el control sobre el mecanismo que impide el paso de alimentos o líquidos desde el aparato digestivo al respiratorio.

En cuanto a qué desencadenó esa intoxicación masiva en un restaurante con una estrella Michelin de trayectoria intachable, los informes apuntan a las setas servidas aquellos días dentro de uno de los menús degustación de local y a los compuestos empleados -o incluso generados- en su conservación al vacío. Los hongos, en este caso colmenillas, fueron distribuidos al Restaurante Riff por una empresa radicada en León, que los había importado desde China. El dueño del Riff, el chef alemán Bernd Knöller, ha repetido varias veces que trabajaba habitualmente con ese proveedor, que jamás tuvo problemas con producto alguna y que adquirió las colmenillas en la creencia de que habían sido recolectadas en León y no en China.