José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, ha utilizado este martes su último turno de palabra en el juicio por el crimen de Diana Quer para pedir disculpas a la familia. "No tengo más que pedir nuevamente perdón", ha dicho.

Tras terminar la intervención de su letrada en las conclusiones finales del proceso, el presidente del Tribunal, Ángel Pantín, le ha dicho que podía hacer uso de su último turno de palabra, algo que Enrique Abuín ha aceptado.

"No tengo nada más que añadir a lo que ha dicho mi abogada y pedir nuevamente perdón", ha dicho Abuín Gey, sentado desde el lugar que ha ocupado durante todas las sesiones del juicio, tras su letrada.

Ahora, las partes se reunirán para elegir las preguntas que formarán parte del objeto de veredicto, que posteriormente será entregado a los jurados para que se retiren a deliberar.

Su abogada: No es lo mismo ligón baboso que un violador

La abogada Fernanda Álvarez, que ejerce la defensa del acusado por la muerte de Diana Quer, José Enrique Abuín Gey, ha subrayado que está en desacuerdo con la prisión permanente que las acusaciones piden por detención ilegal, asesinato y agresión sexual y ha discernido entre "ligón baboso" que acaba por accidente con una vida y "un violador".

Como ya había reflejado en su escrito de calificación, únicamente acepta la acusación de homicidio imprudente o, si fuera el caso, con dolo eventual, esta tipificación con carácter subsidiario si se considera que el Chicle fue consciente de la fuerza ejercida sobre la joven madrileña de 18 años.

En sus conclusiones finales, la letrada ha lamentado este martes que en esta vista oral, bajo su criterio, haya primado literalmente la apariencia sobre la realidad y la intuición sobre la prueba y se ha preguntado si "no nos habremos 'sobresugestionado' con el morbo de los medios de comunicación".

Y, como el Ministerio Público en su alegato hizo una comparativa entre el caso de Diana y una ficción televisiva sobre un crimen y la acusación particular también lo propio con los filmes de terror, la defensora ha recurrido a la mención cinematográfica, para espetar que este caso "no es ninguna película por mucho que se diga en los medios de comunicación que (el Chicle) es un depredador sexual y un asesino en serie".

"No hay ninguna prueba rigurosa de que José Enrique la hubiera violado y asesinado. Lo que hay son ganas de incriminar", ha subrayado, y ha arremetido contra la instrucción "menos rigurosa" de las que haya visto.

"Hubo muchos misterios. Incluso alguna tomadura de pelo. Aquí se ha mentido", ha destacado la abogada, y ha empezado a cuestionar detalles de esa investigación, como la cadena de custodia de la brida, de la cual ha insistido además en que no es el arma homicida.

Sobre el Chicle, ha subrayado que "no es inocente", porque, de hecho, "es culpable" del dolor permanente que padece la familia Quer López-Pinel, pero "el dolor permanente no justifica la prisión permanente", ha insistido.

La letrada ha presentado sus conclusiones a los cinco hombres y cuatro mujeres del jurado en la última sesión del juicio que acoge la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago de Compostela, y les ha pedido que piensen en el veredicto "con la cabeza y no con el corazón".

La abogada ha reconocido una y otra vez la responsabilidad del Chicle en el "homicidio" de Diana, pero ha rechazado la petición de condena a prisión permanente revisable por detención ilegal, asesinato alevoso y agresión sexual, ya que, a su entender, no existe ni una sola "prueba rigurosa" que evidencie tales delitos.

"A pesar de que miraron milimétricamente el cadáver en busca de algo que reforzara la idea de que era un violador, no vieron nada", ha continuado, y ha dicho que para sorpresa de todos el experto forense José Blanco Pampín, que a petición de la familia revisó la autopsia, en sala presentó una fotografía de un edema, una inflamación en la vulva, detalle que no se conocía con anterioridad.

"¿Pero esto qué es?, ¿estamos en una sala de justicia o en un circo?", ha esgrimido Fernanda Álvarez.

La abogada se ha esforzado en hacer ver que no hubo ni abuso -"¿no habría otro lugar para violarla que esa escombrera?", ha preguntado- ni premeditación y sí, por contra, que Diana Quer vio a Abuín Gey robando y él "creyó que lo iba a delatar" y le apretó el cuello.

"La reacción que tuvo, y ojalá no la hubiera tenido, fue instintiva, racional. No le dio tiempo a pensar. Se bloqueó", ha dicho.

Ha añadido que Diana no llegó viva a la nave de Asados, en Rianxo (A Coruña), en cuyo pozo Abuín Gey depositó el cuerpo. "Una persona se caería, se habría lesionado. Y no hay ninguna herida".