Cuando el pasado 3 de diciembre Jorge Ignacio P. J. se entregó en el puesto de la Guardia Civil de Carcaixent, el único abierto a esas horas en la comarca de la Ribera, llevaba varios días escondido mientras las autoridades removían cielo y tierra para dar con él. El presunto asesino de la joven Marta Calvo confesó a los agentes haber descuartizado y diseminado el cuerpo de la joven tras una muerte accidental como consecuencia del consumo de cocaína mientras mantenían relaciones sexuales.

En ese momento sacó a la luz otro caso, el de Arliene, una mujer brasileña que ejercía la prostitución en el barrio de Russafa y que murió como resultado de una reacción adversa al consumo de cocaína, también durante una cita sexual con el detenido por el crimen de Marta Calvo, Jorge Ignacio P. J.

La defensa de Jorge Ignacio se valió de esta primera muerte para justificar la reacción del sospechoso ante el fallecimiento de la joven de Estivella. El acusado alegó ante la Benemérita que troceó el cuerpo de Marta Calvo para evitar que se relacionase su muerte con la de Arliene, puesto que él -dijo- no había matado a ninguna de las dos. Según su versión, a la que ni la jueza ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dieron credibilidad, ambas mujeres fallecieron de manera accidental tras mantener relaciones sexuales con él: Jorge Ignacio P. J. Se impregnaba los genitales con cocaína, una práctica que a él no le afectaba porque utilizaba preservativo, mientras que las mujeres absorbían la droga por la mucosa, algo que al menos en el caso de la prostituta brasileña resultó fatal.

Tres muertes sobrevuelan la figura de Jorge Ignacio P. J.

A estos dos casos se les suma ahora un tercero. Las pesquisas de la Policía Nacional han puesto sobre la mesa una nueva muerte por la que también se interrogará a Jorge Ignacio debido a que guarda enormes similitudes con las otras dos. Es la de Lady, una prostituta colombiana de 26 años que falleció el pasado junio tras la visita de un cliente con el que mezcló sexo y cocaína. La joven fue hallada muerta a la mañana siguiente del encuentro, cuando ya no había ni rastro del que fue su acompañante aquella noche.

En caso de que Jorge Ignacio P. J., detenido por el crimen de Marta Calvo, estuviese también relacionado con esta tercera muerte, sus actuaciones podrían responder tal vez al comportamiento de un asesino en serie. Pero, ¿qué es un asesino en serie? El término asesino en serie se emplea para referirse a quien ha acabado con la vida de tres o más personas en un intervalo de tiempo superior a 30 días con un periodo de enfriamiento entre cada muerte. En el caso de Jorge Ignacio P. J., las muertes de Arliene y Lady se produjeron en un plazo de dos meses y medio y de idéntica manera. Cinco meses después, ocurrió la desaparición de Marta Calvo.

Los rasgos de un asesino en serie

Para que un criminal sea considerado un asesino en serie, sus homicidios deben guardar similitudes entre sí. Habitualmente, suelen estar motivados por impulsos psicológicos como el ansia de poder y la compulsión sexual. En las muertes presuntamente vinculadas a Jorge Ignacio P. J. Estaría presente, en principio, este último rasgo, ya que todos los fallecimientos ocurrieron mientras las víctimas mantenían relaciones sexuales con el sospechoso (aún falta por confirmar si el acusado era el cliente misterioso de Lady, la prostituta colombiana).

Otra característica que suele presentarse en el comportamiento de los asesinos en serie es su capacidad de para llevar lo que está considerado como una vida normal entre crimen y crimen. Hasta salir a la luz el caso Marta Calvo, los vecinos definían a Jorge Ignacio P. J. como un joven amable y discreto que intentaba evitar los conflictos con los habitantes de Manuel, donde residía de alquiler.