La Guardia Civil investiga qué organización de narcotraficantes está detrás de un alijo de 50 kilos de cocaína oculto en un cilindro adosado al casco de un buque que atracó el pasado sábado en una de las terminales de contenedores del Puerto de València, y que los agentes recuperaron tras detectar la presencia de un buzo que fracasó en el intento de recuperar la droga. Los hechos sucedieron a primera hora de la tarde, cuando un trabajador del Puerto reparó en un hombre que nadaba cerca de un portacontenedores.

Se trataba de un buceador, pertrechado con aletas, traje de neopreno y equipo completo de inmersión, incluida una bombona de 15 kilos, que acabó detenido y siendo llevado al Hospital Clínico, ya que presentaba un cuadro leve de hipotermia.

Tras el hallazgo, la Autoridad Portuaria alertó a la Guardia Civil, que envió a los buceadores del instituto armado a revisar el casco del buque. Los agentes detectaron entonces un cilindro metálico, adosado al barco, en cuyo interior localizaron, una vez sacado a tierra, 50 paquetes que contenían un kilo de cocaína cada uno. Además, recuperaron dos motores de propulsión individual y una segunda botella, por lo que ahora se investiga si había un segundo buzo o si en realidad el material era del detenido y era su repuesto para regresar al punto de partida, posiblemente una playa del sur de València.

Por otro lado, agentes de ese cuerpo y de la Policía Nacional desmantelaron en junio pasado un laboratorio de adulteración de cocaína que un grupo de presuntos traficantes había instalado en un trastero de Burjassot. En las tres fases de las que ha constado esa investigación, dada a conocer ayer, los agentes confiscaron 17,5 kilos de cocaína y detuvieron a seis personas -cinco hombres y una mujer, colombianos y españoles, de entre 28 y 59 años-. Los agentes realizaron en esas tres fases ocho registros: dos en Alicante, uno en Valencia, tres en Burjassot, uno en Massamagrell y otro más en Lliría. Además de la cocaína, decomisaron 110 kilos de sustancias de corte, 35 litros de sustancias químicas (precursores) y 63.000 euros en metálico.