El juzgado de Violencia de Género de Elche, en colaboración con la Fiscalía, ha abierto diligencias a un hombre de unos 50 años por un supuesto caso de maltrato a su hija de 19 años, con la que tiene un bebé que ha cumplido 15 meses y que ésta tuvo cuando aún era menor de edad, según los datos recabados por INFORMACIÓN de fuentes judiciales. El caso se conoció el pasado miércoles tras la detención del hombre después de que una vecina encontrara a la joven llorando junto a su casa, con el bebé en brazos y con un ojo amoratado. El supuesto maltratador fue detenido por la Policía gracias a la denuncia de una vecina que relató lo ocurrido. Lo que nadie podía pensar es que el arrestado no era sólo la pareja de la muchacha, sino también su padre y del bebé de esta.

El caso tiene tantos flecos inusuales que desde el Juzgado de Violencia de Género ni siquiera saben si es un asunto de su competencia o bien ha de tratarse por otro órgano judicial, como un caso de violencia intrafamiliar, al ser los actores padre e hija, o como violencia en el ámbito de la pareja, al mantener ambos una relación sentimental desde hace, al menos, un par de años.

Tras pasar a disposición judicial y visto los hechos que se describen en la denuncia, así como el parte de lesiones y el informe del forense, el juez decretó una orden de alejamiento como medida cautelar y le puso en libertad. Siempre según las mismas fuentes, la muchacha habría tenido a su pequeña cuando tenía 17 años.

Generalitat

Según la información recabada por este diario, la joven pasó buena parte de su infancia bajo tutela de la Generalitat Valenciana al quedar en desamparo después de que su padre ingresara en prisión para cumplir una larga condena. Al cabo de los años, después de quedar en libertad, el hombre contactó con su hija, al parecer, a través de las redes sociales.

Hacía más de un lustro que no se veían y la joven tenía ya 16 años por lo que acordaron un primer encuentro para retomar la relación familiar. Posteriormente, por causas sin aclarar, la menor abandonó el piso tutelado de la Generalitat y se trasladó a vivir de nuevo con su progenitor, al parecer a una vivienda situada en una partida rural de Elche donde iniciaron una relación sentimental. Fruto de ella, se quedó embarazada. Con 17 años dio a luz a una niña. Tanto el padre como la hija han reconocido en sede judicial que la pequeña es de ambos, aunque en el Registro Civil de Elche tan solo consta la muchacha; es decir, como madre soltera y que se había quedado embarazada de un joven al que no conocía una noche de fiesta.

La explicación que han dado en sus declaraciones sobre este hecho es que acordaron que el padre no figurara en la inscripción para evitar dar a conocer su relación de parentesco y por el temor al rechazo que podría causar, y no sólo en el ámbito social sino entre el resto de familiares que no conocerían este hecho.

Periciales

Tras resolver sobre la situación de libertad o prisión en que quedaba el detenido, y la adopción de medidas cautelares, el juzgado tiene que resolver una cuestión capital, como es la de decidir qué órgano judicial es competente para la instrucción de la denuncia. De hecho, se ha solicitado por la Fiscalía a los peritos del juzgado de Violencia un informe para conocer el estado psicológico de la chica, ya que sospechan que pueda padecer algún tipo de alteración o trastorno de la voluntad. Mientras tanto, la chica se ha ido a vivir con una tía, que es hermana de su padre, ya que no tiene medios económicos para independizarse, según fuentes judiciales, y tampoco puede volver al piso familiar.

Magistrados, funcionarios, fiscales y policías destacaban ayer que nunca se habían topado con un caso igual en la Ciudad de la Justicia de Elche ni conocían un antecedente parecido de violencia.

Una posible excepción a la impunidad en el Código Penal

El artículo 182, utilizado contra profesores que han abusado de alumnos, sanciona con penas de uno a tres años de cárcel

M.GALLEGO | M.ALARCÓN

Saber la trascendencia penal de toda esta historia no es fácil más allá de lo evidente: existe una denuncia por un supuesto maltrato que la ley sanciona con pena de prisión o, subsidiariamente, de trabajos en beneficio de la comunidad que, dicho de paso, es la opción que mayoritariamente se acogen la práctica totalidad de los condenados y que, desgraciadamente, muchas veces ni se cumplen por la falta de organismos que colaboren con la Administración de Justicia en hacer efectiva la ejecución.

En el año 2015, el legislador aumentó la edad de los delitos sexuales de 13 a 16 años. Es más, incluso, para casos de menores de 16, se hace una salvedad. Así se refleja en el artículo 183 quater: «El consentimiento libre del menor de dieciséis años excluirá la responsabilidad penal por los delitos previstos en este capítulo, cuando el autor sea una persona próxima al menor por edad y grado de desarrollo o madurez»; es decir, cuando se trate de dos adolescentes.

¿Tiene alguna posible aplicación lo ocurrido?

Habría que recurrir al artículo 182, que habitualmente se ha utilizado para sentar en el banquillo, por ejemplo, a profesores que han mantenido relaciones sexuales con sus alumnos. Dicho artículo dice así: «El que, interviniendo engaño o abusando de una posición reconocida de confianza, autoridad o influencia sobre la víctima, realice actos de carácter sexual con persona mayor de dieciséis años y menor de dieciocho, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años».

Ahora bien, el asunto está en manos de la Justicia ahora y tiene que decidir en función de todos los argumentos que esgriman ambas partes y los informes que se soliciten a los peritos. Lo que parece claro es que ambos eran plenamente conscientes de la relación que mantenían desde hace un par de años y que se ha descubierto por una denuncia casual de una vecina.