Un ladrón que se ha pasado media vida en prisión fue detenido el pasado lunes acusado de un robo con fuerza en casa habitada cometido hace diez meses debido a las muestras de ADN que hallaron en su chaqueta, que se dejó olvidada en la vivienda asaltada. Tal fue su olvido que incluso dentro de la misma estaba uno de los dos teléfonos móviles que iban a sustraer él y su presunto cómplice junto a un televisor, relojes y 120 euros.

Las víctimas del robo estaban durmiendo en la casa y se despertaron precisamente cuando los delincuentes trataron de acceder nuevamente para recuperar las prendas que se habían olvidado, una chaqueta y una bufanda -en esta última no se halló perfil genético-. La casa estaba tan revuelta que los propietarios no se dieron cuenta de que dicha chaqueta podía pertenecer a los ladrones hasta que telefonearon a los móviles supuestamente sustraídos y uno de los aparatos sonó en el interior de la misma.

Gracias al ADN hallado en la prenda se pudo identificar al presunto ladrón, con numerosos antecedentes. Tras ser detenido diez meses después del robo, ocurrido en la madrugada del 21 de marzo de 2019 en la calle Archiduque Carlos, ya ha ingresado en prisión.