Culpables por unanimidad de los delitos de asesinato y robo con violencia, y sin posibilidad alguna de indulto total o parcial. Así de rotundo fue el veredicto del jurado popular en la causa contra dos jóvenes de nacionalidad rumana que golpearon y estrangularon a un hombre de 63 años, con antecedentes por pederastia, en su piso de la avenida Peris y Valero de València en diciembre de 2016 para, según ha quedado acreditado, robarle dinero y otros efectos que hubiera en la casa.

Los miembros del tribunal no han apreciado ningún tipo de atenuante o eximente en ninguno de los acusados, uno de los cuales declaró en el juicio que la víctima intentó violarle. Este mismo procesado, Claudiu D. C., que tenía 22 años cuando se produjo el crimen, reconoció que ambos habían acordado ir a robar al domicilio de su víctima aprovechando que el otro coacusado conocía a Vicente S. R. por haber tenido previamente encuentros sexuales con éste, incluso siendo todavía menor de edad.

Vicente S. R., detenido en los años 90 por su presunta participación en una de las mayores redes de producción y distribución de pornografía infantil desmantelada en España -que no fue condenado al haber prescrito su delito-, fue hallado estrangulado en su domicilio de la avenida Peris y Valero de València. Su cadáver estaba desnudo, maniatado, con una bolsa en la cabeza y la cara destrozada por los golpes.

Era frecuente que la víctima se llevara a su piso a chicos jóvenes a los que ofrecía dinero y droga a cambio de sexo. Su agenda encontrada por la policía, en la que aparecía uno de los acusados, así lo atestigua.

El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de los acusados una pena de 28 años de prisión, como ya adelantó Levante-EMV. Dada la gravedad de los hechos, las penas a las que se enfrentan y el «riesgo objetivo de fuga» tras conocer el veredicto del jurado, la Audiencia Provincial de València ordenó in voce el ingreso en prisión provisional de Vasile C. B., el procesado que permanecía en libertad. Ante la mirada de su letrado Juanjo Quesada, que nada pudo hacer, el joven -que tenía 19 años cuando asesinó a su víctima- fue detenido y engrilletado en la propia sala y conducido a prisión junto al otro coacusado, defendido por el abogado Jesús Ruiz.

El joven se encontraba en libertad después de que las pruebas de ADN resultaran negativas y no se hallara en la casa ninguna huella que acreditara su presencia. De hecho, en su declaración negó no solo su participación en el crimen sino incluso haber estado presente en la casa esa noche del 7 de diciembre de 2016.

No obstante, los miembros del jurado por unanimidad han considerado probado que tanto él como el otro coacusado mataron al sexagenario tras golpearlo y asfixiarlo y se apoderaron de su tarjeta de crédito, con la que posteriormente intentaron sacar dinero esa misma noche en un cajero de Alzira. «Le pusieron una bolsa en la cabeza y se aseguraron para que estuviera bien fuerte y la víctima no pudiera contar nada», consideran acreditado.

De igual modo, entre los elementos de convicción por los cuales han hallado culpables a los procesados están las declaraciones de tres testigos que los sitúan a ambos en el lugar de los hechos esa noche, y la afirmación de los forenses de que tuvieron que ser como mínimo dos personas las que perpetraron el crimen.