Stefan Stefanov, el acusado de asesinar a su pareja Irina Granovskaia, de 39 años y nacionalidad rusa, y de prender fuego al domicilio familiar, situado en la calle Marqués de Zenete de València, en julio de 2017, sigue negando el crimen machista. Pese a los numerosos indicios contra él y demostrar la policía que había huido a Alcossebre tras el brutal asesinato con el hijo de su víctima, de siete años, el procesado ha negado hoy ante un jurado popular haber matado a su compañera sentimental e incluso tener ningún motivo para hacer algo así. "No habíamos discutido y la relación era buena", sostiene el procesado.

No obstante, las pruebas recabadas por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional indican que él fue la única persona que pudo cometer el crimen. Según el relato de hechos del fiscal y de la acusación particular, el acusado destrozó el rostro a golpes de su pareja, para después de la paliza ponerse encima de ella y estrangularla con sus propias manos. Para asegurarse de su muerte, terminó colocándole una almohada en la cabeza hasta asfixiarla por completo. Posteriormente abandonó la vivienda con el hijo de siete años de su víctima y lo llevó a una hamburguesería próxima, para tener una supuesta coartada. Tras dejarlo allí solo durante unos minutos regresó al domicilio y provocó un incendio prendiéndole fuego al colchón para tratar de ocultar su crimen. En el inmueble se encontraba durmiendo otro inquilino, quien no se enteró de nada hasta que llegó la policía.

El Ministerio Fiscal solicita una pena de 34 años de prisión para el acusado por un delito de asesinato consumado con las circunstancias agravantes de parentesco y discriminación por razones de género, así como por un delito de incendio con riesgo para las personas. Por su parte, la acusación particular pide una pena de 45 años por los mismos delitos así como por el delito de asesinato en grado de tentativa del otro inquilino que se encontraba en la casa cuando provocó el incendio.

Los hechos ocurrieron entre las 14.00 y las 15.30 horas del 16 de julio de 2017 en el domicilio en el que convivía junto a la víctima y el hijo de siete años de ésta. En el piso de la calle Marqués de Zenete de València se encontraba también un hombre de origen colombiano que tenía alquilada una habitación. Esa misma mañana el acusado le había advertido al inquilino que no se preocupara si escuchaba ruidos, ya que iba a venir gente.

Stefan S., de 33 años y nacionalidad búlgara, quien solo ha querido responder a las preguntas de su letrado, asegura que no discutió con su compañera sentimental ese día ni en días anteriores y argumenta que le comunicó que se iba a ir con el hijo de ella a visitar a su madre a Alcossebre, a lo que, según él, no se opuso la víctima.

Antes de salir hacia Castelló en taxi, porque no tenía vehículo, llevó al menor a una hamburguesería. Para tratar de justificar el hecho de que algunos testigos vieran solo al niño en el local, el acusado alega que salió a llamar por teléfono a su madre para decirle que iban a visitarla y que acudió a un cajero a sacra dinero, aunque curiosamente no llegó a realizar extracción alguna. "Me di cuenta que sí llevaba dinero encima".

Asimismo, para tratar de justificar los motivos por los que no regresó inmediatamente a València después de que la jefa del grupo de Homicidios le informara del incendio y de la muerte de su pareja, éste se limitó a decir que n tenía forma de volver. Parece ser que no había servicio de taxi en ese momento.