Alina Mocanu, la mujer asesinada presuntamente por su compañero sentimental en Moraira y cuyo cuerpo fue arrojado a un contenedor de basura, tenía 36 años y una vida entera por delante.

Quienes la conocían la describen como una mujer vital que había venido de su Rumanía natal en busca de un futuro mejor que el que le esperaba en su ciudad, Calarasi, ubicada al sureste de Bucarest, la capital de su país.

Hacía alrededor de dos años que había iniciado una relación sentimental con Arthur K., de 59 años, e incluso trabajaba con él como empleada en la inmobiliaria Brilliant propiedad del presunto asesino y de un socio.

Alina, a la que ni siquiera sus vecinos conocían demasiado, era madre de al menos un niño, fruto de una relación anterior. El pequeño, que tiene 14 años de edad, reside con su abuela paterna en un municipio de la Marina Alta. Algunas fuentes afirman que la mujer tenía otra hija que residiría fuera de la Comunitat Valenciana.