La mujer encontrada degollada a primera hora del lunes en un contenedor de basuras de una urbanización de Moraira tenía 34 años, se llamaba Alina Moc​anu, era madre de un hijo de 14 años y el domingo por la noche fue asesinada con un cuchillo por su pareja, Arthur K., holandés, de 59 años y dueño de una inmobiliaria. Es la primera víctima de la violencia machista de 2020 en la Comunitat Valenciana. Su presunto asesino, con quien llevaba conviviendo desde hacía algo más de dos años, se entregó poco antes de las 12.30 horas de ayer en el cuartel de Moraira, donde residían ambos, y confesó el crimen. Se justificó. Dijo que fue durante una discusión.

Para entonces, los agentes del grupo de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante ya estaban a punto de ir a detenerlo como principal sospechoso, después de haber llegado hasta él gracias a la identificación de la víctima. Ponerle nombre y apellido a Alina Mocanu, natural de Rumanía, permitió a los agentes averiguar que, en julio pasado, su compañero sentimental había terminado pasando una noche en el calabozo tras ser detenido por violencia de género. Sin embargo, un juzgado de Benidorm los absolvería días más tarde.

Según las fuentes consultadas por Levante-EMV, fue un vecino del rellano donde vivía la pareja quien llamó el verano pasado al 112 alertando de que una mujer pedía desesperada y a gritos que alguien llamase a la policía. Él lo hizo. Acudieron patrullas de la Policía Local y de la Guardia Civil de Moraira.

La víctima, con una fuerte dependencia emocional de su verdugo, renunció a secundar la intervención policial y no quiso contar qué había sucedido. Aún así, explican fuentes del entorno judicial, el juzgado dictó una orden de protección que implicaba, entre otras cosas, el alejamiento del acusado y las diligencias fueron elevadas a urgentes.

El procedimiento judicial, sin embargo, acabó en una sentencia absolutoria, sin que las fuentes consultadas ayer pudieran aclarar por qué se llegó a ese fallo en el juzgado de Benidorm que vio el caso.

Búsqueda del arma que el presunto asesino de Moraira usó en el crimen

Pese a que Arthur K. se entregó, no llevó con él el arma homicida, cuya búsqueda centrará hoy el trabajo de los investigadores, que hoy tienen previsto realizar al menos dos registros: el piso de Moraira en el que residía la pareja y donde supuestamente la habría matado el domingo por la noche y la inmobiliaria de la que el presunto asesino era propietario y que le había permitido vender varias propiedades en la urbanización en la que se deshizo del cuerpo arrojándolo al interior de uno de los contenedores soterrados con los que cuenta Moraira desde hace años.

La Guardia Civil investiga si contó con la colaboración de alguien, ya que, al parecer, en el piso vivía otro hombre, al que ya se le ha tomado declaración. Tal como publicó adelantó ayer Levante-EMV y ha confirmado la autopsia, Alina fue degollada en un ataque cuajado de saña en el que recibió varios envites con un cuchillo de cocina grande, lo que le ocasionó diversas lesiones, algunas de ellas defensivas, durante la lucha con su agresor. Una vez muerta, envolvió el cuerpo en un edredón nórdico, lo ató con cuerdas, lo sacó de casa de madrugada, lo llevó hasta su coche, lo trasladó a la urbanización El Tesoro y lo arrojó con absoluto desprecio al contenedor.