La Guardia Civil ha desmantelado en Monda (Málaga) la primera fábrica clandestina de tabaco subterránea localizada en Europa, que estaba oculta bajo una cuadra de caballos y permitía la fabricación de más de 3.500 cigarrillos a la hora.

En la actuación han sido detenidas 20 personas de origen británico, lituano y ucraniano -entre ellas uno de los cabecillas de la red, un inglés-, de las que 12 han ingresado en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de Coín, según ha informado el instituto armado.

Los agentes han llevado a cabo 13 registros en domicilios y varias naves industriales en los que han intervenido 153.000 cajetillas de tabaco, 17.600 kilogramos de picadura de tabaco, 20 kilos de hachís y 144 gramos de marihuana, y han desmantelado una plantación interior de este estupefaciente.

El acceso a la fábrica clandestina estaba cubierto por un contenedor marítimo de gran tonelaje que quedaba al descubierto al ser empujado por maquinaria pesada. La entrada a las instalaciones estaba ubicada a cuatro metros bajo el suelo y se accedía a ella a través de un montacargas y de unas escaleras.

En su interior había seis trabajadores de nacionalidad ucraniana cuyo contacto con el exterior era "nulo" y estaban "totalmente encerrados y abandonados a su suerte", según la Guardia Civil.

Serias dificultades para respirar

Cuando los agentes accedieron a la fábrica, los trabajadores tenían "serias dificultades para respirar", debido al corte de suministro de energía que proporcionaba electricidad a las instalaciones.

El generador, que creaba un circuito de aire en el interior de la fábrica subterránea, estaba alimentado por gasóleo que había que reponer a diario y se apagó durante el día de las actuaciones policiales.

Al percatarse de la falta de aire, los trabajadores se dirigieron a la salida del búnker y comenzaron a gritar y a golpear el contenedor que bloqueaba la salida, sin que los agentes pudieran escucharlos porque la instalación "se había construido de manera insonorizada" para evitar que el ruido de las máquinas saliera al exterior. Finalmente, los agentes lograron localizar el acceso y vieron "con sorpresa" a los seis trabajadores, que fueron rescatados.

Los investigadores destacan que, pese a que los integrantes de la organización criminal sabían de la dificultad de hallar la fábrica y de que dentro había seis trabajadores, no lo manifestaron en ningún momento a los agentes, a pesar de que la desconexión del generador "podía derivar en la muerte" de ellos.

Uno de los cabecillas de la red, D.D., estaba huido de las autoridades británicas por delitos relacionados con el tráfico de drogas y falsificación de documento de identidad, y otro de los arrestados, A.R., de nacionalidad lituana, también figuraba como huido de la Justicia de su país por delitos relacionados con el contrabando.

La operación ha sido llevada a cabo por el Grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil con el apoyo de varias unidades de la Comandancia de Málaga y la colaboración de los cuerpos y fuerzas de seguridad británicos.