«No tengo perdón de Dios, ni de mi familia», reconoció ayer Alfredo S. G. tras confesar que intentó matar a martillazos a sus padres mientras dormían. El doble parricidio en grado de tentativa se produjo en mayo de 2016 en el domicilio familiar, en Benaguasil. El acusado, que padece un trastorno de la personalidad de tipo paranoide, sufrió un brote psicótico tras la ingesta de bebidas alcohólicas.

Durante el juicio celebrado en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València el procesado, de 51 años, admitió que golpeó con un martillo en la cabeza a sus padres con la intención de acabar con la vida de ambos y aceptó una pena de doce años de prisión, seis por cada delito de homicidio en grado de tentativa con la agravante de parentesco.

La Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de 16 años de cárcel pero tras el reconocimiento de hechos por parte del acusado y el acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes se le ha rebajado la solicitud de pena a doce años tras contemplar la circunstancia atenuante de alteración psíquica por la ingesta de alcohol.

Los hechos ocurrieron la noche del 14 de mayo de 2016 cuando Alfredo S. G., «con el ánimo de acabar con la vida de sus padres», cogió un martillo tipo maceta, de 28 centímetros, y aprovechando que éstos se encontraban durmiendo, entró en su habitación, encendió la luz y comenzó a golpear con la herramienta a su padre. El anciano se levantó de la cama y salió huyendo tras recibir varios golpes en la cabeza. Mientras éste salía a la calle a pedir ayuda, el procesado arremetió a golpes con el martillo a su madre, quien quedó inconsciente.

La madre del acusado falleció en enero de 2018 y aunque la autopsia no establece una causa directa del fallecimiento con las lesiones que le causó su hijo, la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por el letrado Luis Marimón, consideran que dichas lesiones sufridas influyeron en un fallecimiento prematuro de la víctima.